El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, a través del Instituto Regulador del Transporte Municipal de Managua (IRTRAMMA), confiscó un autobús chino asignado a la ruta Bluefields-Managua y canceló la concesión del transportista, luego de que usuarios denunciaron que la unidad era utilizada como camión de carga, colocando sacos de mercadería sobre los asientos de pasajeros.
El hecho ocurrió el 16 de marzo, cuando el autobús debía salir de Bluefields a las 8:30 p.m., pero no cumplió con el horario porque había sido cargado con mercancía en el área destinada a los pasajeros. Un usuario que intentó documentar la irregularidad con su celular denunció que fue obligado a descender del bus y le habrían quitado el teléfono.

Un autobús chino recientemente entregado por el régimen
El autobús confiscado es parte de las 500 unidades chinas de la marca Yutong que el régimen entregó el 8 de marzo a cooperativas de transporte en distintas regiones del país, incluyendo al menos 15 autobuses asignados a Bluefields y la Región Autónoma del Caribe Sur.

Si bien el gobierno presenta estas unidades como una “donación”, en realidad los transportistas deben pagarlas, lo que ha generado críticas sobre la falta de transparencia del proceso. Ahora, con la confiscación de la unidad, queda en evidencia que la adquisición de estos autobuses no garantiza seguridad para los transportistas, ya que el régimen puede retirarlos de manera discrecional, sin un proceso administrativo público y transparente.
IRTRAMMA: una sanción arbitraria fuera de su jurisdicción
El anuncio del IRTRAMMA sobre la confiscación del autobús y la cancelación de la concesión resulta inexplicable, ya que este instituto es una entidad municipal con jurisdicción limitada al transporte dentro de Managua. No está claro bajo qué normativa puede sancionar a un transportista de una ruta interdepartamental como la de Bluefields-Managua.

Tampoco se ha explicado si estas unidades fueron inscritas en Managua a pesar de operar en otras regiones, lo que representaría un procedimiento irregular. La intervención del IRTRAMMA en este caso refuerza la percepción de que el régimen opera sin reglas claras y con decisiones discrecionales que pueden afectar a cualquier transportista fuera de la capital.
Un transporte deteriorado y sin sanciones regulares
Aunque esta sanción es discrecional y no evidencia ningún proceso previo para determinar la penalidad, lo cierto es que los transportistas han operado tradicionalmente en condiciones de deterioro y mala administración.
Desde antes de la introducción de los buses chinos y aún con la llegada de estas unidades al país, es común ver cómo los autobuses, en poco tiempo, ya circulan en mal estado, con daños que no se reparan a tiempo y sin condiciones adecuadas para los pasajeros.
Pese a esto, rara vez el régimen ha sancionado a transportistas que violan las regulaciones de seguridad y mantenimiento. La confiscación de esta unidad deja en evidencia que las autoridades solo actúan cuando les conviene.