Mediante una publicación en la página en Facebook «Santuario de Nuestro Señor de Esquipulas, Diócesis de Jinotega», el padre Asdrúbal Zeledón Ruiz denunció el robo ocurrido el miércoles, siete de junio, en ese lugar considerado para para los jinoteganos, como sitio sagrado.
«En mi calidad de Rector del Santuario Nuestro Señor de Esquipulas, hago del conocimiento a la feligresía lo siguiente: el día de hoy el Sacristán me notificó que una persona había ingresado a la sacristía, se puede constatar daños de estructura, forcejeo de ventana y cerradura», informó.
El religioso detalló que la persona sustrajo dinero, un piano marca Yamaha, vino y una extensión eléctrica. «Bendito sea Dios, que este acto de vandalismo no pasó a ser sacrílego, el Santísimo no fue tocado, igual los vasos sagrados, candelabros, misal, leccionarios y ornamentos», agregó.
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Según el padre Zeledón Ruiz, la incursión delictiva es del conocimiento de la Policía y pide «no tergiversar este acontecimiento». El sacerdote es un estrecho colaborador de monseñor Carlos Enrique Herrera, quien es el Ordinario de la Diócesis de Jinotega y presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua.
Feligreses dolidos
La población católica condenó el robo y lo calificó como «insoportable». Además, exigieron a los enemigos de la Iglesia «un hasta aquí» y demandaron mano dura a las autoridades policiales para dar con el responsable y recuperar los bienes comprados con las ofrendas que ellos dan a la Iglesia católica.
«Una cosa es ser prudente y otra es ser ciego», expresó con tono de indignación un parroquiano que solicitó el anonimato por temor a represalias.
«Sabemos quién alienta el odio contra nuestra Iglesia, otra cosa es no querer verlo», sostuvo por su lado un delegado de la Palabra consultado sobre este tema.
Es importante mencionar que la dictadura, ha acusado a la Iglesia católica de lavado de dinero y hasta han afirmado, sin presentar las pruebas públicamente, que encontraron bolsas con miles de dólares en las parroquias, en su afán de justificar el congelamiento de las cuentas bancarias de la Iglesia.
Diócesis de Jinotega bajo ataque
Hace días, la dictadura orteguista se tomó por la fuerza, con policías y paramilitares, el colegio católico que era administrado por las monjas «Hijas de Santa Luisa de Marillac» en San Sebastián de Yalí, además, ordenó la expulsión de tres miembros de esta congregación religiosa.
Un feligrés de esa Diócesis también aseguró que la Policía «multó» a un sacerdote, pero se desconoce los motivos de dicha multa. Otro feligrés dijo que sentían temor que la policía solo estaba usando lo de la multa como pretexto para secuestrar al religioso que históricamente se ha caracterizado por denunciar los abusos a los derechos humanos
La investigadora Martha Patricia Molina, quien ha investigado la represión de la dictadura Ortega-Murillo contra el clero, también denunció que la catedral San Juan de Jinotega se mantenía bajo constante asedio de parte de la Policía del régimen.
Por Voces Unidas