Las personas presas políticas que han sido liberadas por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo padecen de un sinnúmero de enfermedades asociadas al encierro y las torturas a las que fueron sometidas durante meses o años en las cárceles de Nicaragua.
Algunos de los desterrados a Estados Unidos comentaron a Artículo 66 que padecen de insomnio, ansiedad, depresión, aislamiento social, dolores en el cuerpo, hipertensión, pérdida de la audición y ataques de pánico, entre otros.
Una de las excarceladas desterrada a Washington asegura que «la ansiedad y la depresión se asoman desde que estoy acá», el principal factor es que está lejos de su hija pequeña y la virtualidad es lo que le permite mantener el contacto con ella.
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«Veo a diario (a través de una videollamada) jugar a mi princesa por una hora», relató desde el destierro forzada impuesto por Ortega y Murillo. Para sobrellevar estos padecimientos dice que realiza caminatas todos los días.
Además, manifestó que una vez por semana visita una parroquia católica para conversar con un sacerdote y desahogarse de todo lo que siente en esos momentos. Otro excarcelado también dice que visita frecuentemente la iglesia para profesar su fe y encontrarse con Dios.
El informe del Grupo de Expertos para Nicaragua del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas reveló que los expresos políticos sufren diferentes secuelas como consecuencia de la privación arbitraria de la libertad y los tratos crueles, inhumanos y degradantes a los que fueron sometidos.
Entre esos padecimientos están: pérdida auditiva y visual; problemas gastrointestinales y dermatológicos; problemas respiratorios; tendencia de autolaceración; pesadillas; tendencia se suicidio; estrés postraumático y dificultades para relacionarse con otras personas, entre otras.
El caso de Javier Álvarez
El nueve de febrero fue desterrado el opositor Javier Álvarez, su salud se vio severamente afectada durante su encarcelamiento en las celdas de tortura del Complejo Policial Evaristo Vásquez, mejor conocido como «El Nuevo Chipote».

«Los principales y más graves afectaciones sufridas por nuestro papá incluyen, pérdida audición en el oído derecho debido a infecciones no atendidas mientras estuvo ilegalmente detenido, tinitus, pérdida de la visión en el ojo izquierdo, sangrados gástricos, severos temblores en extremidades, ataques de pánico, depresión, ansiedad y otros que requieren atención a largo plazo», indicó su familia.
Los hijos de Álvarez señalaron que «los tratamientos, terapias y procedimientos quirúrgicos a que nuestro papá debe ser sometido con urgencia en las próximas semanas, superan la cantidad de US$15,000». Por ese motivo realizan una colecta en la plataforma de GoFundMe.