La Asociación Abogados Cristianos emitió una petición al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, para que exija la liberación del obispo de Matagalpa y del administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, monseñor Rolando Álvarez.
«Si nadie impide estos crecientes abusos se acabará la libertad religiosa para todos los cristianos del país. ¡El dictador ya ha suspendido las relaciones con la Santa Sede!. Tenemos que actuar ahora, denunciar públicamente la censura que están sufriendo por parte de las instituciones», alerta la organización internacional.
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Denuncian que esta situación en contra de la Iglesia católica inició hace más de un año con el «cierre de medios de comunicación católicos, expulsión de religiosos, encarcelación de sacerdotes y la prohibición de peregrinaciones. Sumándose, en las últimas semanas, la prohibición de realizar Viacrucis con motivo de la Cuaresma o la de procesionar con sus imágenes durante la Semana Santa».
«Todos están asustados, porque han vivido de cerca el caso de monseñor Rolando Álvarez. El obispo condenado, tras varios meses de arresto domiciliario, a más de 26 años de prisión. Un hombre sin miedo que está sacrificando su salud y su libertad, por no ceder ante las presiones. Su humillación está siendo pública, y cada acción contra él es una advertencia hacia el resto de cristianos del país», señala la petición.
El director jurídico para Latinoamérica de la asociación, Carlos Ramírez, indicó que el proceso judicial en contra del jerarca católico es irregular, porque la justicia orteguista lo condenó basándose en una ley que todavía no tenía vigencia y no aplicaba para él.
El régimen de Nicaragua mantiene en prisión al obispo Álvarez desde el nueve de febrero pasado, cuando se negó a ser desterrado a Estados Unidos. Ese día Ortega envió en un avión a 222 personas presas políticas. Además, les arrebató la nacionalidad nicaragüense.
A día de hoy, su familia no ha podido verlo, según denunciaron medios locales y organismos de derechos humanos que documentan el caso del primer obispo encarcelado y condenado por la dictadura de Nicaragua.
El obispo suma más de siete meses desde que fue tomado por la fuerza y secuestrado del Palacio Episcopal de la Diócesis de Matagalpa, de donde fue sacado con violencia la madrugada del 19 de agosto de 2022. Desde hacía 15 días ya estaba sitiado sin posibilidad de salir a sus labores pastorales.