El obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, monseñor Silvio José Báez, envió un mensaje de ánimo a monseñor Rolando José Álvarez Lagos, obispo de la Diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, el primer purpurado nicaragüense encarcelado y condenado a prisión por parte de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
«Si Rolando (Álvarez) me pudiera escuchar quisiera decirle que no está solo, que con él estamos sus hermanos obispos, con él me siento muy unido en la oración y con él está todo el pueblo de Dios y tanta gente en distintos países del mundo que seguimos clamando por su libertad. Sé fuerte Rolando (Álvarez), confía en el Señor», dijo monseñor Báez desde su exilio en Miami al medio NTN24.
El obispo de Mata suma más de siete meses desde que fue tomado por la fuerza y secuestrado del Palacio Episcopal de la Diócesis de Matagalpa, de donde fue sacado con violencia la madrugada del 19 de agosto de 2022. Desde hacía 15 días ya estaba sitiado sin posibilidad de salir a sus labores pastorales.
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Para monseñor Báez la situación que atraviesa Nicaragua es «muy dolorosa». Asegura que ya no tiene palabras para describir «lo irracional, lo complejo y lo terrible que es la situación de un país que se ha vuelto una gran cárcel». «No nos queda más que orar y pedirle al señor. Seguir exigiendo la libertad de nuestro pueblo», afirmó.
El régimen de Nicaragua mantiene en prisión al obispo Álvarez desde el nueve de febrero pasado, cuando se negó a ser desterrado a Estados Unidos. Ese día Ortega envió en un avión a 222 personas presas políticas. Además, les arrebató la nacionalidad nicaragüense.
Después de resistirse a ser desterrado, el obispo fue llevado a los Juzgados de Managua donde lo sometieron a un juicio sumario exprés. Ese mismo día, el 10 de febrero, fue declarado culpable, lo condenaron a 26 años de cárcel, le arrebataron su nacionalidad y lo despojaron de sus derechos civiles y políticos de por vida.