Opositores y analistas políticos señalan que el informe 2022 sobre la situación de los derechos humanos en Nicaragua, emitido por el Departamento de Estados Unidos, es una «alerta» sobre lo que vive el país centroamericano bajo la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
El documento destaca a Nicaragua como una nación con un «sistema político altamente centralizado y autoritario», que la pareja dictatorial es la que domina todos los poderes del Estado y mantiene al país sometido a sus órdenes.
Según Marlon Caldera, integrante del Consejo Político de la Unidad Nacional Azul y Blanco (Unab), el informe de Estados Unidos acerca de Nicaragua «es una alerta acerca de la situación política y social en el país» que, una vez más, pone en evidencia el carácter dictatorial de la administración Ortega-Murillo.
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«(El régimen) se sostiene con represión de la Policía desde la rebelión de abril a la fecha. La dictadura no respeta las libertades civiles y políticas, ha cometido y sigue cometiendo violación a los derechos humanos», señala Caldera.
Refiere que el documento destaca la importancia de garantizar los derechos humanos y las libertades fundamentales para todas las personas en Nicaragua. «La comunidad internacional debe seguir presionando a la dictadura Ortega Murillo para lograr la liberación de las 37 personas presas políticas que aún quedan en los calabozos», menciona.
Informe «mesurado»
La opositora Alexa Zamora, una de las declaradas apátridas, considera que el informe del Departamento de Estado norteamericano se quedó «un poco corto» si se compara con informes emitidos por organismos internacionales de derechos humanos, el Grupo de Expertos de la ONU o algunos informes llevados a cabo por relatorías en materia de libertad de expresión o libertad religiosa.
«En Nicaragua las violaciones a los derechos humanos trascienden al área política. Con respecto a tildarlo (al régimen de Ortega) de altamente centralizado y autoritario creo que también la complejidad y el control de la pareja dictatorial lleva a cabo en las instituciones del Estado, pero también en la vida cotidiana de los nicaragüenses trasciende esos términos», manifestó.
Zamora señala que es un informe «bastante mesurado con respecto a otros que se han emitido en esta misma línea».
Mando centralizado
El analista político Eliseo Núñez dijo a Artículo 66 que en el informe se refiere al tema del «mando centralizado» y esto tiene que ver con la asignación de responsabilidades por lo que pasa en Nicaragua.
«Si hubiese un mando diferente sería mucho más difícil saber de dónde emanan las órdenes de represión, que han convertido a Nicaragua en un modelo de violación sistemática de los derechos humanos. Es bien importante el tema de que el mando es centralizado por el tipo de responsabilidades que deben imputársele a quienes estén al mando de eso», resalta.
«Lo demás es el tema de las consecuencias de las violaciones sistemáticas de los derechos humanos que ha sido una política de Estado, no es algo circunstancial que se dio en el marco de unas protestas; sino que es prácticamente una violación sostenida y parte del sistema», añade.
El informe también refiere que el oficialismo consolidó su poder en las elecciones municipales de noviembre pasado, en las que la mayoría de los votantes optaron por no participar y el régimen se adjudicó los 153 municipios del país. Además, destacan las violaciones de derechos humanos cometidas a través de la Policía, Ejército y paramilitares ordenados por el Estado.