Con el deseo de volver al país donde nació y convivir con sus hermanos en Granada, la nicaragüense Concepción Herrera, de 65 años, regresó de Cuba, donde ha residido por más de tres décadas desde que dejó Nicaragua a comienzos de los 90.
Herrera, quien colaboró con la lucha sandinista que derrocó a la dictadura de la familia Somoza en 1979, dijo que hace unas semanas llegó a Nicaragua con el deseo de volver a ver a sus 10 hermanos, de los cuales seis están en Estados Unidos. «Encontré a mi familia y eso me ha hecho feliz. Ya tengo hermanos, soy la mayor. No nos criamos juntos pero espero que me den calor de hermanos», manifestó Conchita, como es conocida cariñosamente.
La nicaragüense explica que a ella la crió una tía en Granada, alejada de su verdadera madre a quien nunca conoció. Nació en Managua y a sus 19 años, contrajo matrimonio con su primera pareja con quien tuvo hijos y de quien se separó tiempo después.
No conoció a su madre
Al llegar a Nicaragua su primer objetivo era encontrar a su madre y al resto de su familia. Detalló que cumplió 32 años viviendo en Cuba y allá, contrajo matrimonio con su actual pareja.
Para encontrar a su familia recurrió a medios de comunicación para dar aviso sobre su búsqueda en el país. «Conchita» manifestó que al poco tiempo, el milagro se le hizo y sus hermanos lograron contactarla tras el anuncio que divulgó. «Ahora me veo y visito constantemente a mis hermanos en Nicaragua. Con los que viven en Estados Unidos, hablo por teléfono», dijo Herrera, quien es recibida en casa de una de sus hijas y sus nietos, en la Gran Sultana.
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Tras el reencuentro con su familia, «Conchita» se enteró que su progenitora, Norma Torres, falleció hace cuatro años. «La busqué, pero llegué tarde», se lamentó.
«Es triste pero no todo está perdido, he encontrado a mis hermanos y es bastante para mí. Lo que no he podido saber fue porque me separaron de mi madre», dijo.
Recordó que al llegar a Cuba fue recibida en casa de una amiga y al poco tiempo entró a trabajar con médicos cubanos. Intentó regresar a Nicaragua en busca de sus hijos, a quienes dejó a cargo de su abuela paterna, para llevarlos a Cuba, pero su intento fue inútil, al no poder obtener la firma del padre.
Se quedará en Nicaragua
La nicaragüense explica que sus intenciones son no volver a Cuba, pues asegura que a su avanzada edad, no cuenta con la fuerza suficiente para seguir viajando, y teme que el tiempo sea corto y desaproveche la oportunidad que recibe para estar con su familia en Nicaragua.
Herrera es pensionada en Cuba, pero admite que el monto que recibe es tan bajo que no le serviría para vivir en el país. «Estamos viendo cómo resolvemos eso, con mi esposo. Lo que sí es un hecho es que este es mi país y quiero volver a él», dijo contenta.
Por Voces Unidas