Este miércoles, los pobladores de Monimbó amanecieron como en una especie de alerta. Algunos salen de sus casas y ven a todos lados antes, otros abren sus puertas, se asoman a «ver novedades» y vuelven a cerrar. Otros caminan rápido por las calles.
Todo después de lo ocurrido ayer, 14 de febrero, contra el padre Donald García, de 75 años, excompañero de estudios del cardenal Leopoldo Brenes. A mediodía, varios policías se presentaron a su casa, ubicada en este mismo barrio, para advertirle que ni siquiera mencionara el nombre de monseñor Rolando Álvarez, tal y como lo había hecho en una homilía reciente.
A diferencia de otros municipios y departamentos donde la población evita tomar fotos y videos para evitar arrestos, en Monimbó los vecinos del padre registraron en sus teléfonos el allanamiento, a distancia y con precaución. Después divulgaron la denuncia en redes sociales.
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Durante todo el martes, dos agentes policiales se mantenían custodiando la calle donde vive el cura. Por unos momentos, el ambiente se puso tenso en el aguerrido barrio Monimbó, cuando los vecinos vieron llegar de manera violenta la patrulla de la Policía de la dictadura y los agentes entraron a la vivienda del sacerdote. Esta localidad de Masaya tiene fama de «no temerle a la represión».
Un sacerdote muy querido en Monimbó
García es un sacerdote retirado de la actividad pastoral de esta zona desde hace unos años, pues su última parroquia a cargo fue en el departamento de Chinandega, sin embargo, los pobladores de Monimbó le tienen mucho respeto y cariño y de vez en cuando, lo buscan para que les oficie alguna misa, ya sea en Magdalena de Monimbó o en la parroquia San Miguel del barrio del mismo nombre.
Algunos católicos de Monimbó se refirieron con mucho enojo a este acto que consideran «vergonzoso» contra el padre García debido a su edad. «Se trata de abuso contra la iglesia, una histeria de Estado y falta inteligencia de la Policía sandinista, porque les parece inverosímil que sea un delito que un sacerdote se solidarice con otro religioso», criticaron.
«Esto está provocando mucho resentimiento entre la población, esto puede ocasionar algo que nadie esperaría, como una explosión de violencia peor que la de abril de 2018», advirtió un monimboseño.
Cansados de la represión
Por su lado, un allegado a la Iglesia católica de Nicaragua afirmó que el clero de este país está evitando que se llegue a una ola de violencia que más tarde no se va a contener fácilmente.
«Cuando el pueblo diga ´ya basta´ la Iglesia no va a poder controlarla, peor en Monimbó, donde los ánimos se caldean rápido. De manera que la posición de la iglesia será como la que dijo el Cardenal Leopoldo Brenes, de orar y rezar, más en este tiempo que se nos acerca la Cuaresma, pero eso no significa que la gente siempre se quede quieta», indicó otro poblador.
En el allanamiento, los agentes policiales se llevaron una escopeta de caza del padre que era una reliquia que de regalo le hicieron mientras era párroco de una iglesia en Chinandega y la guardaba con mucho cariño.
Este pasado fin de semana, fueron detenidos los sacerdotes Erick Ramírez Velásquez, del templo de Telpaneca, municipio del departamento de Madriz, y Adalí Carrasco, cura párroco del templo de Ciudad Antigua, municipio del departamento de Nueva Segovia, por hacer mención del obispo Álvarez, pero posteriormente fueron liberados con la advertencia de no volver a pronunciar ese nombre.
Por Voces Unidas