El sacerdote Óscar Benavidez, párroco de la iglesia Espíritu Santo, de Mulukukú, de la Diócesis de Siuna, fue condenado a 10 años fe cárcel, reveló el medio Despacho 505. El pasado 16 de enero fue declarado culpable por los presuntos delitos de conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas en perjuicio del Estado y la sociedad nicaragüense.
El proceso penal estuvo a cargo de la jueza Nancy Aguirre Gudiel, titular del Juzgado Décimo de Distrito Penal de Juicio de Managua. La orteguista es parte de un grupo de 23 jueces y fiscales sancionados en julio del año pasado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
El sacerdote Óscar Benavidez fue capturado por la Policía del régimen el 14 de agosto de 2022, la aprehensión fue informada por la Diócesis de Siuna en sus redes sociales. En ese momento la Diócesis afirmó que la «única misión» del sacerdote «es y ha sido la de anunciar la buena nueva de Jesucristo, que es palabra de vida y salvación para todos».
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El religioso es originario de San Isidro, Matagalpa, tenía un poco más de tres meses al frente de la parroquia Espíritu Santo, en Mulukukú. Sus feligreses han expresado que es una persona muy querida en el pueblo. El pasado 12 de diciembre de 2022 el padre Óscar Benavidez cumplió 50 años y el primero en las celdas del Sistema Penitenciario Nacional (SPN) Jorge Navarro en Tipitapa.
Las presuntas pruebas
Una fuente vinculada al caso informó al medio Despacho 505 que, durante el proceso judicial, la Fiscalía presentó como testigos a tres ciudadanos de Mulukukú para atestiguar en contra del religioso, pero ninguno brindó información relevante que comprometiera a Benavidez.
Como “pruebas”, la justicia se valió de 50 imágenes extraídas del celular del sacerdote, que incluían memes en contra del gobierno. En su móvil ni siquiera encontraron algún contacto que fuese de interés para la investigación.

Para culparlo por el delito de ciberdelitos, el oficialismo presentó un artículo de un medio de comunicación enviado al WhatsApp del párroco, que hacía referencia a las sanciones impuestas por gobiernos democráticos a funcionarios del gobierno Ortega-Murillo.
La dictadura de Nicaragua se ha ensañado contra la Iglesia católica. A los sacerdotes y obispos los ha tildado de «diabólicos» y «traidores». Poco a poco, Ortega ha ido engrosando la lista de sacerdotes presos, sumando 14 religiosos que son parte de procesos judiciales en su contra y dos ya fueron condenados.