La justicia al servicio del régimen de Nicaragua condenó este lunes a los presos políticos Miguel Flores y Mildred Rayo, integrantes de la Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN), a diez y ocho años de prisión, respectivamente.
Además, bajo la misma causa, la dictadura sentenció a 10 años de cárcel a Hilfrem Saborío, quien fue detenido junto a los líderes de AUN el pasado primero de noviembre. Los tres jóvenes fueron privados de su libertad durante una requisa realizada por el Ejército de Nicaragua en las cercanías del río Sapoá, en Cárdenas, en el departamento de Rivas.
El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) informó este 30 de enero que el juez Félix Ernesto Salmerón, del Juzgado Quinto de Distrito Penal de Audiencia de Managua, también sentenció a los rehenes de la dictadura a 650 días de multa, que equivalen a más de 41,600 córdobas y ordenó el decomiso de los objetos ocupados al momento de la detención.
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A los tres reos de conciencia se les culpabilizó y condenó por los supuestos delitos de conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas, dos instrumentos jurídicos utilizados para reprimir, encarcelar y silenciar las voces disidentes y críticas del régimen.
«Desde Cenidh repudiamos estas condenas injustas, exigimos al régimen Ortega Murillo la liberación inmediata de los jóvenes miembros de AUN y de todas las personas presas políticas en Nicaragua», demandó el organismo en su cuenta de Twitter.
Además, la entidad alertó que «las violaciones a las garantías del debido proceso aumentan, la indefensión de los reos de conciencia es total, el régimen no quiere entregar copia de las sentencias a los abogados defensores, lo que dificulta la apelación porque tienen que trabajar de memoria».
Mildred Rayo, Miguel Flores y Hilfrem Saborío se enfrentaron el miércoles, 25 de enero, a un juicio plagado de «ilegalidades». Los nuevos rehenes de la dictadura permanecen recluidos en las celdas del Distrito Tres de la Policía en Managua.
Los tres jóvenes engrosan la lista de presos políticos de Ortega, que asciende a más de 230 opositores que permanecen encerrados en las diferentes cárceles del país.