«Ánimo, levanten la cabeza! ¡Dios está con ustedes, no con los malvados y opresores!», exhortó monseñor Silvio José Báez a quienes sufren persecución y cárcel a causa de predicar el evangelio y estar al lado de los oprimidos.
El obispo auxiliar de la arquidiócesis de Managua, exiliado en Estados Unidos, envió el mensaje de esperanza en medio de encarcelamientos a religiosos y laicos de la Iglesia católica nicaragüense.
Durante su homilía de este domingo, 29 de enero, monseñor se refirió a tres bienaventuranzas: la de los pobres de espíritu, la de los que tienen hambre y sed de justicia, y la de quienes son perseguidos por causa de la justicia.
«Quienes por causa del bien y la verdad son calumniados, son perseguidos, condenados, sufren la cárcel o se ha visto forzados al exilio, no se han equivocado. Jesús los invita a no sentirse derrotados, sino más bien dichosos por sus opciones y sus luchas, ya que los poderes del mundo persiguen y ultrajan a los testigos de la verdad y a los profetas de Dios», manifestó monseñor, en tiempos que más de una decena de religiosos y laicos sufren cárcel bajo la dictadura de Nicaragua.
A quienes no han pactado ni se han doblegado ante los tiranos, que han resistido y denunciado las ambiciones de poder, y «han soportado la cruz por estar al lado de los crucificados de hoy, han elegido el camino correcto», agregó.
El prelado envió el mensaje días después que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo declaró «culpables» a seis religiosos y un laico de la diócesis de Matagalpa, en la que sería la antesala del juicio político contra monseñor Rolando Álvarez, obispo de la diócesis de ese departamento y crítico de las violaciones a los derechos humanos en el país.
La dictadura de Nicaragua los acusa de conspirar y propagar noticias falsas en contra de ella. Monseñor Báez ha sido una de las voces calificadas que ha exigido la libertad incondicional de monseñor Álvarez y demás miembros de la Iglesia.
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El líder religioso también invitó a quienes tienen «hambre y sed de justicia» a no desistir ni «pasarse a la pandilla de los corruptos y violentos porque la justicia siempre llega».
«¡No se desanimen! Dios está con ustedes y hará fecundos sus sueños y sus esfuerzos en favor de la verdad, la paz y la justicia», manifestó.
Sobre los «pobres de espíritu», el obispo auxiliar explicó que estos «se esfuerzan, se organizan, no son autosuficientes ni arrogantes, escuchan con respeto lo que piensan los demás y están dispuestos a cambiar de opinión si es necesario»; además, confían en el designio de Dios.
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«En relación con los bienes materiales, no viven obsesionados por tener siempre más y más. Les gusta compartir más que acumular, son solidarios y caritativos», añadió.
A todos ellos les reiteró «¡dichosos ustedes, porque al cargar la cruz caminan hacia la resurrección!».
«¡Dichosa la Iglesia perseguida por seguir a Jesús, porque de ella es el Reino de Dios!», sostuvo, enfatizando que las bienaventuranzas son el camino de la vida y la felicidad.