La opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD) lamenta que este 2023 inicie con «libertades conculcadas» de parte del régimen Ortega-Murillo que durante el año anterior cercenó la libertad de expresión, de asociación, de movilización, de prensa, de religión, de reunión pacífica, entre otras.
«Todas estas realidades nos unen. No hay sector de la sociedad nicaragüense que no hayan vivido el impacto adverso de la dictadura. Esta no es la Nicaragua que queremos ni la que queremos heredar a las generaciones venideras. Unirnos nos permitirá restablecer la democracia y la justicia: salir de la realidad sombría en la que el régimen de Ortega tiene sumida a Nicaragua», denuncia la organización.
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La ACJD finalizó el 2022 con, al menos, 13 de sus líderes universitarios, empresariales y territoriales cautivos en las diferentes cárceles del país. La captura de la mayoría de los opositores sucedió meses previos a las elecciones presidenciales de noviembre de 2021, que fueron tildadas de antidemocráticas, sin credibilidad ni transparencia por la comunidad internacional.
La dictadura de Daniel Ortega engrosa la lista de sus rehenes con el exdirector ejecutivo de la agrupación política y aspirante presidencial, Juan Sebastián Chamorro; al expresidente, exvicepresidente y actual presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), José Adán Aguerri, Álvaro Vargas y Michael Healy, respectivamente.
También se añaden a la lista de presos políticos los líderes estudiantiles Max Jerez, Lesther Alemán, Miguel Flores y Mildred Rayo, también miembros de la Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN).
Entre los rehenes territoriales figuran Yubrank Suazo, Armando Robles, Nidia Barbosa, Edder Muñoz y Wilfredo Brenes. Muchos de estos encarcelados políticos han desarrollado padecimientos y empeorado su situación de salud producto a las condiciones de encierro a las que se encuentran sometidos.
Ante esto, la Alianza Cívica reitera que «este año 2023 seguiremos luchando pues somos un pueblo que no se rinde. Un pueblo que sueña con un mejor futuro y un pueblo de fe: si el pequeño David venció a Goliat, los nicaragüenses unidos saldremos de estas oscuras realidades».