Como es costumbre, el dictador Daniel Ortega mencionó en su discurso del Acto Solemne de Instalación del Período Legislativo del año 2023, el supuesto intento “golpe de Estado” en abril de 2018, refiriéndose cuando la población, inicialmente jóvenes, protestó contra una reforma al seguro social y el régimen respondió con una brutal represión, pero por primera vez asumió que hubo más de 300 muertos, sin embargo, lo atribuyó al acto “golpista” y no a las agresiones que realizó la Policía y parapolicías, principales agresores de esa eventualidad.
Las protestas dejaron al menos 355 muertos según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aunque organismos nicaragüenses elevan la cifra a 684, víctimas de la violencia estatal.
“El imperio conspirando, conspirando y conspirando, invirtiendo millones para provocar el intento de golpe de Estado en abril. Y fue un golpe de Estado sangriento, más de 300 muertos produjo ese intento de golpe de Estado, ni condenados a cadena perpetuas pueden saldar el daño que le produjeron a Nicaragua, a las familias los golpistas, los terroristas”, dijo Ortega.
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“El daño que le pusieron a la economía con los tranques que mantuvieron en el país, trancando incluso el tráfico internacional, al final, no había más que restaurar el orden y para restaurar el orden básicamente estaba la policía, con la policía voluntaria y el Ejército resguardando las áreas estratégicas y se logró derrotar el golpe”, agregó el dictador, reconociendo la participación de parapolicías y paramilitares en la represión desatada en el 2018.
Nicaragua atraviesa una crisis política y social desde abril de 2018, que se ha acentuado tras las controvertidas elecciones generales del 7 de noviembre de 2021, en las que Ortega fue reelegido para un quinto mandato, cuarto consecutivo y segundo junto a su esposa Murillo como vicepresidenta, con sus principales contendientes en prisión o en el exilio.
Reprocha que representante canadiense no acudiera a acto
Dentro de su discurso, el mandatario reprochó que la representación canadiense en Managua no acudiera este lunes al Acto Solemne de Instalación del Período Legislativo del año 2023, porque dicho cuerpo diplomático le señaló que no podrían ser partícipes del evento debido a que el régimen no ha adaptado las recomendaciones que ha hecho Canadá.
Ortega señaló que su régimen invitó a los representantes del cuerpo diplomático acreditados en Nicaragua a asistir al inicio del periodo legislativo 2023, conforme al protocolo. “Nosotros invitamos a todo el cuerpo diplomático, a los que nos respetan y a los que nos odian”, dijo el mandatario este lunes.
Sin embargo, la representación de Canadá en Nicaragua respondió que no asistiría al acto hasta que, según Ortega, hicieran lo que ellos dicen, sin brindar más detalles.
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“Hay unos que tienen tal rabieta que dijeron: no, no vamos hasta que hagan lo que nosotros queremos. No vamos, nos dijo, por ejemplo, el representante del Gobierno de Canadá”, puntualizó.
“Y que le decimos: nosotros no somos colonia de Canadá”, agregó el líder sandinista, quien pidió a los canadienses ocuparse “de que no se sigan cometiendo crímenes horrendos, como los que han cometido en Canadá contra la población indígena”, crímenes que, según dijo, se descubrieron hace poco.
El dictador siguió su discurso señalando a Canadá de ser una “colonia de los Estados Unidos”.
Otro cuerpo diplomático rechazó invitación
Ortega también compartió que un segundo representante diplomático, sin revelar el nombre, no aceptó la invitación, pero este “simplemente se excusó”.
“Tuvo el cuidado de no decir nada, que no venían porque no hacían lo que ellos quieren, no, en ese sentido fue respetuoso, porque simplemente se excusó”, añadió, en referencia al embajador de los Estados Unidos en Nicaragua, Kevin K. Sullivan.
Agradece cooperación
Pese a los reproches que realizó a Canadá y Estados Unidos, el dictador de Nicaragua agradeció a los países y a los organismos internacionales que cooperan en diferentes ámbitos, aunque “no tengan sintonías con nuestras ideologías, pensamientos y verdad histórica” y sean críticos “y sancionadores de Nicaragua”.
Desde 2018, cuando estalló una crisis sociopolítica en Nicaragua, EE.UU., Canadá, Reino Unido, Suiza y la Unión Europea han emitido sanciones contra familiares de Ortega, incluyendo a su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, y a sus hijos, también a allegados, así como a instituciones estatales y funcionarios, a quienes responsabilizan de supuestas violaciones de los derechos humanos, abusos de poder y de socavar la democracia.
“Trascienden (la cooperación) porque saben, porque entienden que la cooperación que ellos pueden brindar directa o indirectamente a Nicaragua es una cooperación que va en beneficio de las familias nicaragüenses, de las comunidades, del pueblo”, expresó Ortega
“Lo agradecemos, claro que lo agradecemos”, añadió.
Con información de EFE