Monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua, calificó este 2022 como «un año muy doloroso para todo el país», que dejó a 12 sacerdoes secuestrados y a otros obligados al exilio.
En una breve conversación con Artículo 66, el prelado afirmó que pese a las circunstancias difíciles que enfrentaron los nicaragüenses en estos 365 días, se debe de poner «el futuro en manos de Dios».
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Desde su exilio en Estados Unidos, el jerarca afirmó que «al iniciar el nuevo año —2023— debemos seguir soñando y luchando por una sociedad justa y libre, sin desanimarnos jamás».
El religioso es una de las voces católicas que más ha demandado el cese de la represión en Nicaragua y la libertad de todos los presos políticos, así como la exigencia de poner fin al ataque contra la Iglesia católica.
Tras la detención arbitraria y acusación contra monseñor Rolando Álvarez, el obispo Báez no ha dejado de demandar su libertad y que se respete sus derechos.
140 ataque sufrió la Iglesia católica de Nicaragua en el 2022
En este 2022, la Iglesia católica fue víctima de las mayores embestidas por parte de la dictadura de Nicaragua, contabilizándose 140 ataques, según informe de la abogada e investigadora Martha Patricia Molina.
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Entre las hostilidades más relevantes, la jurista destacó procesos penales «injustos» contra sacerdotes, los que no estuvieron apegados a lo que mandatan las leyes del país.
Para la investigadora, el incremento de las agresiones a Iglesia Católica nicaragüense se debe a que la autoridad religiosa «continúa firme en su fe y principios, predicando el Evangelio que es en sí un anuncio y denuncia de las arbitrariedades de los poderosos en turno. La dictadura ha sido incesante y no da tregua a los prelados».
A finales de octubre de 2022, Martha Patricia Molina presentó la II entrega de Nicaragua: ¿una iglesia perseguida?, que registró 96 agresiones contra la Iglesia católica en cuatro años de represión y una actualización de fin de año donde reporta un total de 410 agresiones.
Pese a las constantes agresiones sufridas en todo el 2022, a manos del régimen de Nicaragua, quien iniciará el 2023 prohibiendo la procesión de Jesús Sacramentado en Managua, las máximas autoridades de la Iglesia católica en el país han guardado silencio.