Al menos 13 líderes de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD) permanecen cautivos en las diferentes cárceles de Nicaragua. La captura de la mayoría de los opositores sucedió meses previos a las elecciones presidenciales de noviembre de 2021, que fueron tildadas de antidemocráticas, sin credibilidad ni transparencia por la comunidad internacional.
La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo tiene como sus prisioneros al exdirector ejecutivo de la agrupación política y aspirante presidencial, Juan Sebastián Chamorro; al expresidente, exvicepresidente y actual presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), José Adán Aguerri, Álvaro Vargas y Michael Healy, respectivamente.
Asimismo, engrosan la lista de presos políticos los líderes estudiantiles Max Jerez, Lesther Alemán, Miguel Flores y Mildred Rayo, también miembros de la Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN).
Noticia relacionada: AUN se une a la campaña de una #NavidadSinPresosPolíticos
El régimen tiene como rehenes a líderes territoriales de la Alianza Cívica, entre ellos figuran Yubrank Suazo, Armando Robles, Nidia Barbosa, Edder Muñoz y Wilfredo Brenes.
Daysi George West, vocera de la organización política, en comunicación con el equipo de Artículo 66 indicó que Juan Sebastián Chamorro, quien permanece cautivo desde el ocho de junio de 2021 en las celdas de «El Nuevo Chipote», fue unos de los líderes «entregados a la causa» y siempre apostó que a través de un proceso democrático se podría alcanzar un cambio en el país.
«Juan (Sebastián Chamorro) fue uno de los entregados a la causa, comprometió hasta las oficinas donde él trabajaba para facilitar el espacio de trabajo, en verdad apostó por el cambio democrático en Nicaragua con voto popular respondiendo a la voluntad del pueblo, independientemente que el régimen mostró no ser coherente con lo que pidió a la Conferencia Episcopal de buscar sectores para que pudiera dialogar. Juan apostó que la democracia era de verdad, lo que iba a resolver el problema de la crisis en Nicaragua», dijo la George West.
Resaltó que el exdirector ejecutivo de la Alianza Cívica «estaba comprometido, rompió con su esquema de trabajo y se acercó al pueblo».
En el caso de los empresarios José Adán Aguerri, Álvaro Vargas y Michael Healy, quienes estuvieron presentes en la mesa de diálogo, la opositora destacó que los líderes junto a todos los integrantes de Alianza Cívica recogían apoyo para los familiares de presos políticos y los rehenes de la dictadura.
«Hay una cosa en estos hombres de negocios que nunca se me olvida, la empresa privada junto con toda la Alianza Cívica recogíamos apoyo, apoyo para los familiares y apoyo para los presos politicos», recordó.
«Los empresarios estaban recolectando y ellos entregaban paquetes mes a mes y los jóvenes al ver tantos ataques hacia la organización que decían “vamos a tener que publicar todo lo que estamos haciendo” y Álvaro (Vargas) dijo “que el día que ustedes quieran sacar por una ayuda humanitaria, crédito político yo no voy a pertenecer a este grupo”. Y nunca se sacó, aunque la gente nos acababa», puntualizó.
El expresidente del Cosep fue detenido la noche de ocho de junio de 2021 y la justicia nicaragüense lo acusó de supuestamente «conspirar para cometer menoscabo a la integridad nacional» y el juez Quinto de Distrito Penal de Juicios, Félix Ernesto Salmerón Moreno, lo condenó a 13 años de prisión.
Los empresarios Álvaro Vargas y Michael Healy fueron capturados por la Policía orteguista el 21 de octubre de 2021. La justicia condenó a Healy a 13 años de prisión por los supuestos delitos de «menoscabo a la integridad nacional» y a nueve años de cárcel a Vargas por «conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional».
Los jóvenes prisioneros de Ortega
Max Jerez, Lesther Alemán, Miguel Flores y Mildred Rayo son jóvenes líderes representantes de AUN en la Alianza Cívica. «Fueron jóvernes que en ese momento tan crucial (en abril 2018) y con tanta agresión, como habían matado más de 355 personas, tomaron la batuta, entregaron su vida, entregaron todo, apostaron por un cambio verdadero que podía refundar la democracia, creyeron en eso», sostuvo Daisy George.
Una fuente de AUN, que prefirió el anonimato, detalló que «Lesther y Max eran quienes nos representaban como organización en la Alianza Cívica, Mildred un tiempo apoyó a la Dirección Técnica Territorial y Miguel se encargaba de asistir a los familiares de presos políticos».
Asimismo, resaltó que el ahora preso político Miguel Flores anteriormente tuvo a un hermano como rehén de la dictadura, quien actualmente se encuentra en el exilio.
Destacó que a los jóvenes opositores «les apasionaba un montón luchar por los derechos no solamente estudiantiles sino generalmente como jóvenes en Nicaragua y debido a esto es que hoy se encuentran en condición de presos políticos».
Daisy Goerge West recordó que Lesther Alemán encaró el 16 de mayo de 2018, durante la primera sesión del diálogo nacional, al dictador de Daniel Ortega. El líder estudiantil «al decirle aquí estamos para negociar su salida era algo real, la salida no era que le íbamos a quitar el poder, sino que íbamos a enfrentarnos en las urnas y estábamos seguros que el pueblo iba a dar el voto para cualquiera que sea azul y blanco y no el dictador», apuntó.
«El mayor motivo de ellos para no abandonar esta lucha era que querían un mejor lugar donde pudieran vivir, ellos siempre estaban pensando en las futuras generaciones y sobre todo en nuestra generación, de las escasas oportunidades y acceso que había a los jóvenes de un buen primer empleo, a una buena educación», señaló una fuente de AUN.
Lesther y Max fueron detenidos la noche del cinco de julio de 2021. Ambos fueron sentenciados a 13 años de cárcel. En el caso de Mildred y Miguel fueron arrestados el pasado primero de noviembre por el Ejército de Nicaragua en las cercanías del río Sapoá, en Cárdenas, en el departamento de Rivas. Ambos permanecen en la delegación del Distrito 3 de la Policía en Managua.
Aunque hay una acusación formal contra los opositores, la misma no especifica cuáles son los delitos que le achacan, pero las víctimas son el Estado y la sociedad nicaragüense, las mismas que le atañen a los presos políticos acusados por «conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional».
Respecto a su salud física, ellos se encuentran relativamente estables. «Lesther que sigue con su problema de migraña, de la pierna y su gastritis. Miguel tiene algunos problemas en el estómago y están siendo controlados por sus familiares con medicamentos, porque ya sabemos que no hay acceso a una atención médica especializada», agregó la fuente.
Líderes territoriales también presos
Los líderes territoriales de la Alianza Cívica como los opositores Armando Robles, originario del municipio de Morrito, en Río San Juan; Nidia Barbosa, Edder Muñoz y Wilfredo Brenes, todos de Masaya; se encargaban de organizar sus territorios, comunidades, caseríos y barrios con el fin de tener un bloque sólido frente a la dictadura orteguista.
Barbosa y Robles fueron detenidos la noche del seis de noviembre de 2021 en la víspera de las votaciones presidenciales donde Daniel Ortega y Rosario Murillo se reeligieron para un nuevo periodo en la Jefatura de Estado de Nicaragua. Nidia Barbosa Castillo fue condenada a 11 años de prisión y obligada a pagar 800 días multa, equivalentes a 52,767.46 córdobas y Armando Robles, a 10 años tras las rejas.
Edder Muñoz fue recapturado por la Policía de Masaya el pasado 24 de noviembre de 2021 y el opositor Wilfredo Brenes se encuentra detenido desde el 30 de abril de 2020. Ambos son acusados de los supuestos delitos de tráfico de estupefacientes, psicotrópicos y otras sustancias controladas.
Asimismo, el líder de Masaya Yubrank Suazo fue detenido por la Policía sandinista por segunda ocasión el 18 de mayo de este año. Fue condenado a 10 años de prisión por el supuesto delito de conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional, «en concurso real con el delito de propagación de noticias falsas».
«No podemos dejar a los inocentes, que les fabricaron delitos, les buscaron falsas acusaciones, encontraron testigos falsos. Nicaragua no puede avalar ese proceso y el día que como nicaragüenses avalemos eso entonces perdemos, perdemos la razón de ser humano, porque el ser humano lo más grande que tiene es que saber distinguir el mal del bien», concluyó Daysi George West.