Los magistrados de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) confirmaron la sentencia condenatoria contra la opositora Ana Margarita Vijil. La sancionada jueza Karen Vanessa Chavarría Morales, del Juzgado Noveno Distrito Penal de Audiencia de Managua, fue la encargada de determinar la pena de 10 de cárcel por el supuesto delito de «conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional».
En mayo pasado, los magistrados del Tribunal de Apelaciones de Managua (TAM) rechazaron el recurso de apelación presentado por la defensa de la presa política; posteriormente la abogada elevó el caso a casación, el último paso en la justicia local en Nicaragua.
La justicia de Ortega condenó a la dirigente de la Unión Democrática Renovadora (Unamos) usando la Ley 1055, Ley de Soberanía; normativa empleada por régimen de Nicaragua para tildar de «traidores de la patria» a los opositores.
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Ana Margarita Vijil enfrentó un juicio maratónico, el cual inició el miércoles, dos de febrero, a las ocho de la mañana y culminó en horas de la noche. La audiencia se celebró en la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocida como «El Nuevo Chipote» en Managua, donde la rehén del régimen está cautiva desde el 13 de junio de 2021, hace 19 meses y un día.
Sus familiares han denunciado que Vijil «está cada vez más delgada», en condición de aislamiento y bajo torturas psicológicas, pero aseguran que a pesar de eso «lejos de amedrentarla o amargarla están haciendo de ella cada día una mejor persona».
Ana Margarita Vijil fue presentada el pasado 31 de agosto en los juzgados de Managua, ante el magistrado orteguista Octavio Ernesto Rothschuh. La expresidenta de la Unión Democrática Renovadora (Unamos) fue exhibida ante los medios de la propaganda gubernamental donde se confirmó su deterioro físico y extrema delgadez.
Pese al acoso de los medios de comunicación oficialistas, la rea política mantuvo su mirada firme, sonriéndole a los «verdugos» del orteguismo. Luego firmó el acta de la «audiencia» inventada por el Poder Judicial con la leyenda «presa política» en forma de protesta.