Familiares del sociólogo y economista nicaragüense Óscar René Vargas están preocupados por el deterioro en el estado de salud del rehén de la dictadura orteguista. Sus parientes señalan que «requiere buena atención médica para mantenerse con vida».
Vargas, de 77 años, tiene afectaciones en el corazón y le fue colocado un marcapasos hace apenas siete meses. El crítico de la dictadura fue capturado «con lujo de violencia y agresividad» el pasado 22 de noviembre.
Según el medio digital Nicaragua Investiga, el opositor permanece encerrado en una de las celdas de castigo del Complejo Policial Evaristo Vásquez, conocido como «El Nuevo Chipote» y ante esta situación, sus familiares han solicitado de manera urgente «continuar con las peticiones a la Cruz Roja y Amnistía Internacional y a todas las organizaciones de defensa de derechos humanos por la defensa de la salud de Oscar René».
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«Es un adulto mayor con hipertensión arterial, arritmia cardiaca, por lo que tiene un marcapasos, fibrosis pulmonar después del COVID-19, necesita realizarse su radiografía de tórax, artrosis en la columna vertebral con dolor crónico, necesita su medicamento y un lugar humanamente adecuado para dormir, artrosis de ambas rodillas, necesita caminar y estirar las piernas, su estatura es grande, glaucoma en ambos ojos y diabetes», indicó una hermana del economista al medio de comunicación.
Resaltó que por los complejos problemas de salud de Óscar René Vargas es «fundamental que reciba sol y lo revise un médico».
Asimismo, sus familiares solicitan a las autoridades judiciales que «le permitan una colchoneta gruesa y una manta para el frío intenso que hay en El Chipote».
Además, apelan al artículo 97 del Código Penal de Nicaragua, en el que se detalla que quienes «hayan cumplido la edad de setenta años o la cumplan durante la ejecución de la condena podrán obtener la concesión de libertad condicional». En ese mismo numeral, también se expone que se «procederá la libertad condicional cuando, según informe médico forense, se trate de enfermos muy graves, con padecimientos incurables y terminales».
La salud de Óscar René Vargas es compleja y por esta razón, al igual que su avanzada edad, la Ley le confiere el régimen de «libertad condicional», por lo que sus parientes piden se le permita regresar a su casa donde se le pueden brindar las «condiciones humanas para vivir».
La justicia de Nicaragua le fabricó tres delitos al sociólogo, la Fiscalía lo acusa de supuesta conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional, provocación para cometer rebelión y propagación de noticias falsas.
La detención en contra del crítico de la dictadura de Ortega-Murillo ocurrió tras su regreso de Costa Rica, país donde estuvo asilado, debido a las constantes amenazas en su contra.
El opositor solo daba entrevistas por vía telefónica y sin exponerse ante las cámaras como una medida de seguridad para evitar ser encontrado por el régimen Ortega-Murillo.
El opositor engrosa la lista de presos políticos en Nicaragua, que según datos de organismos defensores de derechos humanos, está llegando a más de 230 rehenes de conciencia, acusado por delitos comunes o por «traición a la patria».