Este martes, 13 de diciembre, la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo autorizó a la embajadora de Nicaragua en Moscú, Alba Azucena Torres Mejía, suscribir un acuerdo sobre cooperación y asistencia mutua en materia aduanera con la Federación Rusa.
Mediante el acuerdo presidencial 182-2022, publicado en La Gaceta, Diario Oficial, Ortega otorgó plenos poderes a Torres Mejía, a que «en nombre y representación del gobierno de la República de Nicaragua» suscriba el acuerdo entre Moscú y Managua.
El régimen de Daniel Ortega no especifica los detalles de dicha cooperación.
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Moscú es un antiguo aliado de Managua que durante el primer Gobierno sandinista (1979-1990) dotó de armamento soviético a las Fuerzas Armadas nicaragüenses.
Nicaragua es uno de los contados países, junto a Venezuela y los pequeños Estados insulares de Nauru y Tuvalu, que se han sumado a Rusia en el reconocimiento de la independencia de las regiones separatistas georgianas de Abjasia y Osetia del Sur, y que ha recibido a altos funcionarios rusos desde la invasión a Ucrania.
Además, a finales de 2020 Nicaragua estableció un Consulado en Crimea, territorio ucraniano anexado a Rusia, lo que provocó el rechazo de Ucrania.
El régimen orteguista ha declarado ser un fiel aliado del gobierno de Vladimir Putin, y en los últimos años ha afianzado su relación con la federación rusa.