Monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, envió un emotivo mensaje al pueblo nicaragüense en ocasión a las fiestas de la Gritería, en honor a la Inmaculada a la Concepción de María, este siete de diciembre.
El prelado afirmó que la Virgen María, como «tierna madre» que fue para Jesucristo, es también «una tierna madre también para nosotros (los nicaragüenses), discípulos de su hijo».
En referencia a la crisis política que vive Nicaragua, tras la ola represiva a manos del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, el obispo señaló que los nicaragüenses «vivimos un momento de orfandad como país».
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«Quienes deberían velar por el bienestar de la sociedad y cuidar nuestro futuro, se han convertido en productores de lágrimas, artesanos del terror y destructores de la dignidad humana», reprochó el religioso, en referencia a la pareja dictatorial del país.
Recalcó que actualmente la ciudadanía se siente huérfana y desamparada por la ley, «cautivos en un país que se ha vuelto una gran cárcel o desterrados en tierras desconocidas», con relación al exilio de miles muchos de nicaragüenses.
Sin embargo, Báez le recordó a la ciudanía que pese a la «orfandad» que sufren debido a la dictadura orteguista, «somos un pueblo con madre, no somos huérfanos. Tenemos una madre que nos ama y nos cuida, llora con nosotros y desea consolarnos. Una madre nunca abandona a sus hijos».
«Aunque nos parezca que nuestra historia va a la deriva, a merced de ambiciones, mezquindades y violencia, y llena de lágrimas y de incertidumbre, no estamos solos. Aunque la tristeza nos domine muchas veces y el cansancio nos agobie, aunque el dolor hiera nuestro corazón y nos sintamos solos y sin fuerzas, no estamos solos», agregó.
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Aseveró que «como hijos de María», es «hora de volver la mirada y el corazón a la Purísima, Madre del Señor y Madre nuestra, y decirle: “¡Escuchad ¡oh, tierna madre!, de tus hijos el clamor”».
Apelando a la fe cristiana, el obispo invitó a los fieles católicos a unir «nuestros corazones y nuestras voces en un solo clamor y elevemos nuestra oración a la Purísima, la Inmaculada Concepción, Madre de nuestra patria».
«No estamos solos»
Monseñor Báez indicó que aunque parezca que la historia va a la deriva, «a merced de ambiciones, mezquindades y violencia, y llena de lágrimas y de incertidumbre, no estamos solos».
«Es hora de volver la mirada y el corazón a la Purísima, Madre del Señor y Madre nuestra, y decirle: “Escuchad ¡oh, tierna madre!, de tus hijos el clamor”. Los invito para que unamos nuestros corazones y nuestras voces en un solo clamor y elevemos nuestra oración a la Purísima, la Inmaculada Concepción, Madre de nuestra patria», exhortó.
El jerarca católico, exiliado desde el 2019, aconsejó a los nicaragüenses no dejarse «arrebatar» por el régimen Ortega y Murillo «la última de nuestras libertades, la libertad de creer, confiar y esperar en Jesús, nuestro Señor, y en María, Madre suya y Madre nuestra».
Pese a la represión contra la Iglesia católica en Nicaragua, fieles católicos han decido levantar altares a la venerada imagen y clamar por la libertad del país.