Los líderes campesinos Medardo Mairena, Freddy Navas y Pedro Mena junto a los dirigentes estudiantiles Lesther Alemán y Max Jerez cumplen este lunes, cinco de diciembre, 17 meses de estar cautivos en las celdas de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Mairena, Navas, Mena, Alemán y Jerez permanecen detenidos en la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocida como «El Chipote», un centro de investigación donde son sometidos a tratos crueles, inhumanos y degradantes, según denuncias de sus familiares y organizaciones de derechos humanos nacionales e internacionales.
Los cinco presos políticos fueron detenidos el cinco de julio de 2021 a pocos meses de las elecciones presidenciales de noviembre, en una jornada de cacería de opositores que incluyó a siete aspirantes presidenciales que intentarían arrebatarle desde las urnas la Presidencia al dictador Daniel Ortega.
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Los líderes campesinos y estudiantiles enfrentaron juicios políticos por «traición a la patria». Mairena fue sentenciado a 13 años de cárcel, Navas y Mena, a 10 de prisión cada uno. Max Jerez y Lesther Alemán fueron sentenciados a 13 años tras las rejas cada uno.
Los dirigentes campesinos fueron detenidos en Managua de forma violenta y es la segunda vez que sufren cárcel por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo. En 2018, fueron acusados de supuesto terrorismo y Mairena fue sentenciado a 206 años de prisión. En esta ocasión los señalaron de «conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional».
Los cinco presos políticos fueron presentados entre el 31 de agosto, primero y dos de septiembre de este año. El régimen los exhibió ante sus medios de propaganda y fue la primera vez, en más de un año de cautiverio, que fueron vistos por la ciudadanía nicaragüense. Todos los presos políticos presentan pérdida de peso, están envejecidos y con serios problemas de salud que no son atendidos.
Los familiares de los reos de conciencia y el Movimiento Campesino denunciaron que los tres han perdido peso y continúan siendo objeto de constantes interrogatorios, mala alimentación y maltrato psicológico. Los dirigentes han sido una voz crítica contra la dictadura Ortega-Murillo ante el asedio y violaciones de derechos que sufren los campesinos en el país.