Los extrabajadores de la extinta Fundación Violeta Barrios de Chamorro, Walter Gómez y Marco Fletes, fueron los primeros presos políticos detenidos por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo en el contexto electoral de las cuestionadas votaciones presidenciales de 2021.
El 28 de mayo de 2021 fueron apresados y tomados como rehenes de conciencia de la dictadura. Su delito fue haber trabajado por varios años con la entonces aspirante presidencial Cristiana Chamorro, la candidata más popular y la que podía arrebatarle en las urnas la Presidencia al dictador.
Gómez y Fletes fueron parte de los acusados en el caso contra Chamorro, quien permanece en casa por cárcel desde que fue detenida en junio de 2021. El juicio político se basó en una acusación por supuesto lavado de dinero.
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El pasado 30 de agosto, después de 15 meses detenidos, Gómez y Fletes fueron exhibidos por primera vez ante los medios propaganda de la dictadura. En esa ocasión lucieron irreconocibles, demacrados y delgados debido a los tratos inhumanos, crueles y degradantes a los que son sometidos, según han denunciado sus familiares a lo largo de su cautiverio.
Durante el juicio, que según los abogados defensores estuvo plagado de irregularidades y nulidades, desfilaron una serie de testigos como policías y periodistas. La acusación se basó en el apoyo que la organización entregó por varios años a los medios de comunicación independientes.
En el libelo acusatorio se señala a Marcos Fletes y Walter Gómez, contador y administrador respectivamente, de solicitar a terceros el cambio de cheques de la Fundación donde laboraron hasta el cierre voluntario de la misma para no inscribirse como «agente extranjero».
El proceso judicial inició el tres de marzo y culminó el viernes, 11, se celebró en la Dirección de Auxilio Judicial, en Managua, conocida como «El Nuevo Chipote», donde también están cautivos más de 30 rehenes de conciencia. Walter Gómez y Marcos Fletes fueron condenado a 13 años de cárcel cada uno.