En la homilía de este domingo, 27 de noviembre, desde la iglesia Santa Agatha, en Miami, Estados Unidos, monseñor Silvio Báez exhortó a la feligresía y a todo el pueblo católico a no perder la esperanza y confiar en que se puede construir un mundo mejor.
Basado en el profeta Isaías, quien narra y describe la decisión del pueblo creyente en Dios de «subir al monte del Señor», el jerarca indicó que cada persona debe de animarse para buscar a Dios.
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También resaltó que el buscar el camino a Dios se hace en medio de dificultades y situaciones hostiles que vive cada sociedad. «Hay mucho dolor, mucho fracaso, mucha falta de humanidad. Estamos desanimados, a veces la tristeza nos domina, el cansancio nos doblega y nuestras debilidades nos arrebatan la alegría».
En alusión a la crisis política que atraviesa Nicaragua a manos del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, el obispo auxiliar de Managua afirmó que «hay estructuras sociales injustas que oprimen a la gente y dictaduras sangrientas que roban el futuro a los pueblos».
«No nos desanimemos, que el pesimismo no nos paralice y que la sensación de impotencia no nos haga caer en el derrotismo. Animémonos, caminemos juntos. ¡Hay esperanza! Dios está siempre viniendo a nosotros», animó el obispo.
Mensaje de esperanza
Regresando al pasaje bíblico, el religioso refirió «que en realidad, no es el ser humano el que tiene que escalar hacia el cielo, sino que es Dios quien desciende a nosotros por amor. A Dios no lo merecemos, solo tenemos que acogerlo. Dios no se conquista, se espera».
Además envió un mensaje de esperanza, afirmando que sí es posible una convivencia pacífica en «donde no nos hagamos daño unos a otros. Las palabras ofensivas e hirientes pueden volverse caricias llenas de compasión y caridad, los egoísmos que humillan pueden transformarse en acciones compasivas, las ambiciones mezquinas que dividen pueden llegar a ser fermentos de solidaridad y hermandad».
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«Los misiles se pueden convertir en escuelas para educar, los tanques de guerra en alimento para los niños desnutridos, los aviones de combate en hospitales dignos para los más pobres», agregó.
En referencia a la Policía al servicio del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, que es señalada de reprimir, Báez manifestó que los agentes represores pueden «convertirse en personas buenas que defiendan la dignidad del pueblo; los jueces inicuos, que dictan sentencias espurias, pueden llegar a ser defensores de la ley y los derechos humanos; los opresores pueden convertirse en hermanos y los violentos se pueden transformar en constructores de paz».
Todo lo anterior se puede conquistar —según el sacerdote— si se «camina a la luz del Señor que llega». «Jesús no quiere que vivamos dormidos en la indiferencia o dominados por el pesimismo».
El futuro puede parecer oscuro, las tareas que tenemos por delante son inmensas, pero el Señor está con nosotros para indicarnos el camino, darnos ánimo en los momentos duros, transformarnos en constructores de paz y preservarnos de todo mal (…) No nos cansemos de luchar por una sociedad más humana y justa», concluyó monseñor Silvio Báez.
Las palabras de ánimo y consuelo del sacerdote exiliado desde el 2019 llegan en momentos donde la dictadura de Nicaragua ha arreciado su represión contra los nicaragüenses, encerrando a más opositores, lo que ha obligado a muchos a salir del país para proteger y salvar sus vidas. Hasta el momento tiene presos a 12 sacerdotes, incluyendo a monseñor Rolando Álvarez.