El Servicio Jesuita para Migrantes de Costa Rica rechazó este miércoles el reciente anunció del presidente de ese país, Rodrigo Chaves, de no permitir más el ingreso a su país de migrantes por razones económicas, y advirtió que dicha decisión podría colocar en “circunstancias de mayor vulnerabilidad” a estas personas que llegan a ese país centroamericano en busca de refugio.
El mandatario costarricense manifestó que, a través de la Cancillería de su país, envió una comunicación a la representante de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), para advertirle sobre la falta de recursos para atender la ola migratoria y que toda la carga ha recaído sobre el Gobierno y sus instituciones.
“La responsabilidad compartida de la comunidad internacional ha recaído de manera desproporcional a nosotros como sociedad. La comunidad internacional no está colaborando con los recursos que necesita este país para ser un buen ciudadano mundial. Si no hay de dónde, no podemos seguir pagando, seguir aceptando gente que no sean refugiados políticos, que sean refugiados económicos», dijo Chaves.
En respuesta a estas declaraciones, el Servicio Jesuita, a través de una carta firmada por su directora nacional, Karina Fonseca, señaló que la revisión de las solicitudes de refugio es competencia de las autoridades establecidas en la legislación vigente del país. como la Comisión de Visas Restringidas y Refugio y en segunda instancia, el Tribunal Administrativo Migratorio (TAM). “quienes deciden el otorgamiento del estatus de persona refugiada en el país”.
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“Las personas solicitantes de refugio tienen la obligación de someterse al procedimiento establecido por ley. Tampoco es un asunto nuevo, las limitaciones que, por décadas han enfrentado las instancias encargadas de este reconocimiento, para cumplir en tiempo y forma con todos los procesos que tienen a cargo”, reza el documento.
La representante del organismo, además le aclaró al presidente tico que, las personas que llegan a su país no lo hacen porque realmente “sueñan” quedarse, como manifestó el mandatario, sino que lo han hecho para resguardar su integridad física y emocional. ante la represión que viven en su país.
“Es fundamental no caer en un tratamiento ligero de la tragedia que significa la movilidad forzada de personas y la complejidad de los flujos migratorios que suceden en Costa Rica y el resto del continente. Lo que sueña la gente es poder retornar a su país y eso lo sabemos muy bien las organizaciones que acompañamos a tantas personas que experimentan estas realidades”.
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Hasta la fecha Nicaragua es el país con más migrantes y refugiados en el país centroamericano. Datos oficiales señalan que Costa Rica ha recibido más de 200 mil solicitudes de refugio desde el año 2018, cuando Nicaragua registró la peor crisis de derechos humanos de su historia moderna.
Condición de refugio
Ante las declaraciones de Chaves, en las que aseguró que su país contabiliza más de 200 mil personas solicitando “refugio político”, los jesuitas respondieron que el reglamento de refugio, en su artículo 17 de la Ley 8764 establece que dicho término se aplica a todo extranjero a quien la Comisión de Visas Restringidas y Refugio le reconoce tal condición debido a sus temores por motivos de raza, religión, nacionalidad, género u opiniones políticas y no pueda o quiera regresar a su país a causa de esos temores.
“Es fundamental no reducir el concepto de persona refugiada Costa Rica a una persecución por razones políticas, por lo que debemos insistir en la definición establecida en la normativa nacional y su correcto uso”, aclaró la directora del Servicio Jesuita.
Por último, urgió a la administración del presidente Chaves priorice, “por encima de los reclamos que hace a la comunidad internacional, la protección, seguridad jurídica y la prestación de servicios públicos a los que está obligado Costa Rica para con las personas refugiadas.
“Y don Rodrigo, por último y no menos relevante, sepa usted que vale la pena que se reconozca el innegable aporte que hacen las personas en movilidad forzada que buscan salir adelante en Costa Rica. Por eso, no deben ser vistas únicamente como “un alto costo”, por el contrario, sus contribuciones, su fuerza de trabajo, sus culturas, también son aspectos que, con algo de humildad, todas y todos deberíamos tener en cuenta y agradecer”, finalizó.