El padre Edwing Román, uno de los sacerdotes nicaragüenses que se ha visto obligado a exiliarse debido a la persecución por parte del régimen de Daniel Ortega, expresó que son «bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos».
En referencia a la actual persecución que vive la Iglesia católica de Nicaragua, así como el ataque a la libertad religiosa y el encarcelamiento de más de 10 sacerdotes, el religioso manifestó que son «bienaventurados».
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«Bienaventurada es también la Iglesia que sufre la hostilidad y persecución a causa de la justicia, sin rehuir al martirio por cobardía, y que llora con las víctimas», dijo.
En referencia al exilio de al menos 50 religiosos, el expárroco de la iglesia San Miguel Arcángel de Masaya afirmó tener la certeza que algún día regresará a Nicaragua.
«Soy sacerdote de la Arquidiócesis de Managua y sé que un día regresaré a continuar con la misión encomendada por el Señor. ¡Alabado sea Cristo!», indicó con aplomo.
Cardenal Brenes: «La Iglesia ora por aquellos que nos critican»
Ante la actual situación que vive la Iglesia en Nicaragua, el cardenal arzobispo de Managua, Leopoldo Brenes, expresó desde Roma que la Iglesia nicaragüense ora ante la creciente persecución religiosa que vive por parte de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
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«El Evangelio nos dice que siempre debemos de orar por aquellos que nos critican, que dicen cosas contra nosotros. Y generalmente nosotros buscamos tener un corazón tranquilo ante esas cosas y orar», dijo Brenes en una escueta entrevista con el periodista español Rodrigo Moreno de la agencia de noticias Rome Reports.
Sin mencionar ninguno de los casos de persecución vividos en los últimos meses, el prelado aseguró que la Iglesia predica la esperanza y que no miran hacia atrás, sino hacia adelante.
Leopoldo Brenes salió de Nicaragua hacia Roma este fin de semana, en medio de la creciente animadversión del régimen contra sacerdotes, religiosas y laicos; lo que se ha traducido en cierre de medios católicos, el encarcelamiento de curas, la prohibición de procesiones y la detención del obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez.
Hasta el momento, el discurso del dictador Daniel Ortega contra sacerdotes nicaragüenses se ha mantenido desde el 2018, tildándolos de «golpistas, diabólicos y terroristas», asegurando además que es católico pero que «comparte los criterios de la Iglesia».
Con información de Israel González Espinoza