El padre Óscar Danilo Benavidez enfrentará un juicio político por los supuestos delitos de menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas, figuras legales inventadas por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Inicialmente las usaron para perseguir a los opositores, pero ahora se aplican también a sacerdotes y religiosos de la Iglesia católica.
La acusación contra Benavidez fue presentada el ocho de septiembre, después de más de 20 días de su detención. El pasado seis de octubre, la jueza Gloria Saavedra, del Juzgado Décimo de lo Penal de Audiencias de Managua, remitió al padre a juicio oral y público, pero no fijó la fecha para el inicio del mismo.
El sacerdote Benavidez, párroco de la iglesia Espíritu Santo, en Mulukukú, Región Autónoma de la Costa Caribe Norte, fue secuestrado por la Policía orteguista el 14 de agosto, tras celebrar la santa eucaristía. El religioso es originario del municipio de San Isidro, Matagalpa.
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La detención se dio luego que el padre terminó de celebrar misa en la capilla Concepción de María, que está cercana a la estación policial del municipio, informó a Artículo 66 una fuente cercana al sacerdote, en condición de anonimato.
El arresto arbitrario se dio tras la homilía del sacerdote donde habló acerca del profeta Jeremías, quien fue objeto de oprobio por los poderosos de la época, quienes lo acusaron de atentar y crear zozobra entre el pueblo.
«La lectura del profeta Jeremías, el padre la basó en la situación actual que vive Nicaragua. El padre dijo que no iba a callar, que él iba a decir lo que se está viviendo y la manera que se está viviendo», relató la fuente.
Otros religiosos apresados
El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo mantiene apresados a nueve sacerdotes de la Iglesia católica. En su brutal arremetida contra los religiosos, a unos los ha acusado de delitos comunes y a otros por «conspiración para el menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas».
El padre Manuel Salvador García, párroco de la iglesia Jesús de Nazareno, en el municipio de Nandaime de la Diócesis de Granada. El religioso fue aprehendido el primero de junio de 2021 y fue condenado a dos años y ocho meses de prisión por los supuestos delitos de lesiones físicas y psicológicas.
Monseñor Leonardo Urbina Rodríguez, párroco de la Iglesia del Perpetuo Socorro de Boaco, fue detenido el 13 de julio en su ciudad. El régimen lo condenó a 30 años de cárcel por el supuesto delito de violación a una menor.
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El 19 de agosto, fueros detenidos el primer y segundo vicario de la catedral de San Pedro, de Matagalpa, José Luis Díaz y Sadiel Eugarrios, respectivamente; así como los sacerdotes Ramiro Tijerino—rector de la Universidad Juan Pablo II—y el padre Raúl Vega González. También seminaristas Darvin Leiva y Melkin Centeno Sequeira, al igual que el camarógrafo Sergio Cárdenas. Ortega los acusó de «conspiración para el menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas».
El padre Enrique Martínez Gamboa, párroco de la Iglesia Santa Martha, de la Arquidiócesis de Managua, fue secuestrado la tarde del jueves, 13 de octubre. Fue acusado de «conspiración para el menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas».
La dictadura de Nicaragua se ha ensañado contra la Iglesia católica. A los sacerdotes y obispos los ha tildado de «diabólicos» y «traidores». Poco a poco, Ortega ha ido engrosando la lista de sacerdotes presos, hasta el momento son más de diez religiosos que están siendo parte de procesos judiciales en su contra y dos ya fueron condenados.