El opositor Javier Álvarez Zamora divulgó una carta para dar a conocer la situación que vive su esposa Jeannine Horvilleur Cuadra, de 63 años, su hija Ana Álvarez Horvilleur, de 43 años, y su yerno Félix Roiz, quienes permanecen cautivas desde el 13 de septiembre en la cárcel de tortura de «El Nuevo Chipote».
«Ellos no han cometido ningún delito, ni han tenido ninguna participación política, sin embargo, han sido encerrados injustamente por el simple hecho de ser mis familiares. Yo únicamente soy de pensamiento opositor al gobierno, pero tampoco he cometido delito alguno, solo quiero democracia y libertad en Nicaragua, lo cual no constituye ningún tipo de falta o delito», expresa el opositor en la misiva firmada desde su exilio en Costa Rica.
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Álvarez considera que «esta nueva modalidad, detener a los familiares de un opositor, al no encontrarle, es una gravísima agresión y vulneración de los derechos humanos más elementales, al transferir una supuesta culpa a sus familiares directos».
Ante esta situación, el perseguido político solicita ayuda humanitaria para su familia «Jeaninne Horvilleur es sobreviviente de cáncer, quien actualmente se encuentra en remisión, pero debe realizarse chequeos médicos periódicamente, así como tomar medicamentos muy específicos de prevención y control. Félix Roiz ha tenido múltiples operaciones por problemas esofágicos, por lo que necesita tomar de forma permanente medicamentos especiales para su condición, así como una dieta controlada y muy específica. Ana Carolina Álvarez tiene problemas estomacales crónicos e infecciones recurrentes que indican la deficiencia de su sistema inmunológico», expresa la carta.
Su esposa e hija, ambas de nacionalidad nicaragüense y francesa, fueron detenidas por la Policía orteguista cuando buscaban al opositor Javier Álvarez Zamora, quien logró salir de Nicaragua para solicitar protección internacional. El opositor denunció que agentes de la Policía irrumpieron en su vivienda de manera arbitraria y sin orden judicial en su búsqueda, al no encontrarlo los agentes procedieron a llevarse a su esposa e hija.
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Álvarez reitera que su familia «es de personas trabajadoras, honestas y solidarias. Además de estar detenidas injustamente y por el simple hecho de ser familiares de un perseguido político, son personas con dolencias médicas crónicas y que bajo un cuidado deficiente se puede ver comprometida su salud e integridad física».
Solicita a la comunidad internacional apoyo para «ejercer presión y que el Gobierno de Nicaragua los libere. Prácticamente han secuestrado a toda mi familia, lo que no tiene precedentes, y han sido acusados de delitos inventados y que no han cometido. A mí me han obligado a exiliarme, al igual que a miles de nicaragüenses, solo por pensar diferente», expresa el escrito.
El régimen ha emprendido una nueva cacería contra opositores durante estas últimas dos semanas, deteniendo a dirigentes de organizaciones políticas, activistas y opositores, pero también a familiares de quienes se encuentran en el exilio debido a las amenazas y hostigamiento en su contra.