La Diócesis de Matagalpa pide a los fieles que continúen orando por su obispo, monseñor Rolando Álvarez, los sacerdotes y laicos que se encontraban encerrados por el régimen orteguista dentro de la Curia Episcopal de Matagalpa, hasta la madrugada del 19 de agosto, que fueron secuestrados por agentes policiales.
«Monseñor Álvarez, en su labor pastoral en la Diócesis de Matagalpa, donde tomó posesión el 2 de abril del 2011, ha optado como opción preferencial por los pobres, por los enfermos, por los jóvenes, por los que sufren adversidades y por los campesinos, a quienes ha manifestado su cercanía a través de la oración y visita pastorales. Pedimos seguir orando por nuestro pastor, sacerdotes y laicos que junto a él estaban en la Curia Episcopal de Matagalpa», indicó la Diócesis por medio de sus redes sociales.
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El jerarca católico fue reducido a «arresto domiciliar» mientras que a sus acompañantes los recluyeron en la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocida como «El Nuevo Chipote» en Managua, donde siguen cautivos, llevando un proceso calificado por especialistas como anómalo y arbitrario.
Aunque no se sabe de manera oficial dónde está monseñor Álvarez, una fuente reveló a Artículo 66 que el sacerdote se encuentra en casa de unos familiares, cerca de la empresa Cargill, en carretera a Masaya.
Sacerdotes y organizaciones defensoras de derechos humanos han solicitado saber en qué situación se encuentra el líder religioso que cumple 54 días de encierro, demandan por medio de comunicados que se respete a su integridad física y se ordene su libertad inmediata, al igual que los demás religiosos encarcelados.
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Ante la violación a los derechos humanos de monseñor Rolando Álvarez, el Parlamento Europeo aprobó el 15 de septiembre una resolución con 538 votos a favor, 16 en contra y 28 abstenciones en donde instan al dictador Ortega liberar al prelado y a los sacerdotes detenidos durante los ataques a la Iglesia.
Después de las protestas sociales del 2018, la dictadura de Ortega ha arremetido contra la Iglesia católica de Nicaragua, tildándola de «golpista» y «terrorista». En este 2022, la institución religiosa ha experimentado la mayor represión que habría vivido en el país.