Miguel Mendoza no ha visto a su hija Alejandra, de ocho años, desde hace 445 días cuando fue sacado con violencia de su casa. El cronista deportivo y preso político de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo es parte del grupo de 27 rehenes de conciencia que el régimen expuso recientemente donde se confirma el deterioro físico por los tratos crueles inhumanos y degradantes a los que son sometidos.
La familia de Mendoza publicó una oración que la hija del preso político hace a diario donde la pide al Espíritu Santo que cuide a su papá y lo proteja como al profeta Daniel. Dicho personaje bíblico fue lanzado al foso de leones por romper la ley de esa época que prohibía orar a Dios, pero un ángel protegió al profeta y cerró la boca de las bestias para que no le hicieran daño.
«Te pido por la libertad de mi papi Miguel Mendoza. Que mis ojos pronto vean su carita, que me dé un abrazo gigante y me exprese cuánto me ama. Te pido que no lo abandones y lo protejas a como lo hiciste con Daniel, cuando enviaste tu ángel para salvarlo de los leones», reza parte de la oración que hace la pequeña por su papá.
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«Dice tu palabra que no hay nada imposible. Por favor, tráigamelo de regreso, realmente lo necesito. Ablande el corazón de las personas que me impiden verlo. No olvide a los demás presos políticos que están con mi papi, hay niñas como yo, que también sufren por sus padres. Usted es testigo de mis lágrimas, de las noches de desvelo y de mi fe», añade.

Durante su cautiverio, el abogado del preso político ha interpuesto 11 recursos ante el Tribunal de Apelaciones de Managua (TAM) y ninguno ha sido contestado. La separación forzosa entre Miguel Mendoza y su hija Alejandra le ha provocado daños en la salud física y emocional a la niña, según manifestó su madre.
«Seguimos demandando que Alejandra vea a su papá. Esta separación forzosa y cruel, ha afectado la salud física y emocional de la niña. Nos unimos a su oración, para que Dios guarde la salud de Miguel y pueda reunirse pronto con él», publicó la familia de Miguel Mendoza en sus redes sociales.
Esta misma situación de separación forzosa con sus hijos e hijas también la viven los presos políticos Miguel Mora, Tamara Dávila, Suyen Barahona, Félix Maradiaga, Juan Sebastián Chamorro y Róger Reyes. A todos ellos se les ha negado el derecho de comunicarse por cualquier mecanismo con sus vástagos.
Un abogado, en condición de anonimato, explicó a Artículo 66 que las visitas entre los reos de conciencia y sus hijos e hijas debería ser cada 15 días porque es un derecho de los niños, niñas y adolescentes que están protegidos en el Código de la Familia. El jurista señaló que la ley establece que los padres, madres, hijos e hijas deben mantener comunicación y que este derecho no se extingue porque los progenitores estén en prisión.