16 organizaciones opositoras al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo demandaron la libertad inmediata de monseñor Rolando Álvarez y de los ocho sacerdotes, seminaristas y laicos secuestrados desde el 19 de agosto, tras el asalto policial a la Curia Episcopal de Matagalpa.
Monseñor Rolando Álvarez cumple 20 días de estar en «arresto domiciliario». Hasta el momento la Policía no ha brindado una información actualizada de su situación. Según fuentes en condición de anonimato, el prelado fue golpeado al momento de ser detenido.
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Los grupos opositores señalan que Ortega se ha ensañado contra la Iglesia católica, deteniendo de forma arbitraria a sacerdotes, quienes han sido «acusados falsamente por la Policía de la dictadura Ortega y Murillo de cometer delitos comunes».
Así mismo exigieron a la dictadura de Ortega que muestre a los religiosos «presos políticos de este régimen ilegítimo». Señalaron que todos son inocentes «de los delitos que se les han fabricado».
«El pueblo de Nicaragua conoce que la dictadura no respeta el estado de derecho en el país, pero tiene fe en los sacerdotes que lo han acompañado a lo largo de la historia en la construcción de la nación», manifestaron.
Se solidarizan con monseñor Jorge Solorzano
Por otra parte los opositores rechazaron las declaraciones del Ministerio de la Familia (MIFAN), institución sumisa a las órdenes de Ortega que declaró en «rebeldía» a monseñor Jorge Solórzano, obispo de la Diócesis de Granada, «quien manifestó al pueblo de Nicaragua su profundo dolor y sufrimiento al conocer la sentencia contra monseñor José Leonardo Urbina —párroco de la Iglesia del Perpetuo Socorro, de Boaco— y pidió a los fieles seguir orando por los sacerdotes encarcelados».
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«Es inaceptable que una institución cómplice de la violación de los derechos humanos, se pronuncie de esa manera contra el obispo Solórzano y la Diócesis de Granada, cuando es conocido que el régimen ilegítimo de Ortega y Murillo está ejecutando, desde hace semanas, una escalada represiva contra la iglesia Católica», reprocharon.

Una vez más llamaron a la comunidad internacional a «usar, todos sus medios diplomáticos para lograr el cese de la represión en Nicaragua, la liberación incondicional de todos los presos políticos y el respeto a las libertades constitucionales, incluyendo la libertad religiosa».
Desde el 2018 dictadura de Ortega ha mantenido una ola represiva contra la Iglesia católica en Nicaragua, sin embargo, en este año la arremetida ha sido mayor, ya que ha encerrado a nueve sacerdotes y condenado a dos de ellos —monseñor Leonardo Urbina y el padre Manuel García Rodríguez— por supuestos delitos comunes.