Entre el 29 de agosto y 4 de septiembre se registraron al menos ocho incidentes relacionados a violaciones de derechos humanos cometidos por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo contra diversos sectores de la sociedad, entre ellos presos políticos y líderes religiosos, reporta el Monitoreo Azul y Blanco.
La organización resaltó en un informe que durante la última semana la dictadura presentó en los Juzgados de Managua a 27 presas y presos políticos que se encuentran recluidos en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocidas como El Chipote. El Monitoreo señaló que estas exhibiciones “representan una violación al debido proceso y sus derechos humanos”.
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Amenazas, detenciones, incidente de judicialización, torturas y tratos crueles, además de la continuación a la persecución de la Iglesia católica, son parte de las incidencias reportadas por el organismo en este periodo. «Esta semana se anunció el exilio forzado de un seminarista de Granada debido a amenazas en su contra. También se dictó sentencia en una condena de 30 años para el sacerdote Leonardo José Urbina», resaltó el Monitoreo Azul y Blanco.
Organizaciones que integran a familiares de presos políticos demandaron este miércoles al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo la liberación de los más de 200 opositores secuestrados en las diferentes cárceles de Nicaragua y solicitaron «mayor presión» de parte de la comunidad internacional.
«Han sido sometidos a actos de tortura y tratos crueles, inhumanos y degradantes de forma permanente, prolongando el aislamiento, la mala alimentación y la negación reiterada del derecho a la salud; además de los golpes, los robos de la comida que con mucho esfuerzo les llevamos y las amenazas en contra de nuestra integridad y libertad como familiares, que también constituyen actos de persecución y tortura psicológica», denunciaron los familiares a través de una conferencia de prensa.
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Dada las situaciones de torturas físicas y psicológicas que viven los prisioneros del régimen de Nicaragua, las organizaciones hicieron un llamado a la comunidad internacional «a ser más beligerantes en la defensa de las libertades y los derechos humanos en Nicaragua, porque la impunidad de Ortega es un caldo de cultivo para el surgimiento del autoritarismo en todo el continente».
Además, instaron a la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH), a la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) y al Comité Internacional de la Cruz Roja (CIRC), que continúen la presión y la exigencia de poder constatar el estado físico y mental de sus familiares.