Las acusaciones y ataques de la dictadura de Nicaragua contra los periodistas independientes, a quienes señaló de ser responsables de crímenes de lesa humanidad, es una «narrativa absurda», afirmaron opositores que reconocen la labor de los medios de comunicación en documentar las violaciones a los derechos humanos de la población.
En su letanía de mediodía, la portavoz del régimen de Ortega tildó a los periodistas independientes de «mentecatos» y de «destruir con mentiras y odio» la «paz» de Nicaragua. También acusó a los periodistas de ser «difamadores, mentirosos y responsables de crímenes de lesa humanidad».
«Rosario Murillo, como de costumbre, ataca a todo el que se atreva a denunciar los delitos que a diario comete la dictadura. Esta dinámica no es nueva, la han mantenido desde hace años para silenciar a las voces que no obedecen al discurso oficialista», dijo a Artículo 66 Marlon Caldera, integrante del Consejo Político de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB).
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«Después de perseguir, judicializar, encarcelar, asediar, hostigar y ejercer todo tipo de agresiones en contra de periodistas y comunicadores independientes de Nicaragua, ahora pretende justificarlo con esta narrativa absurda. La realidad de Nicaragua es la que la prensa independiente ha documentado y sigue documentando, así como lo hizo el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) para Nicaragua que logró demostrar que la dictadura sí cometió crímenes de lesa humanidad», añadió.
Douglas Castro, integrante de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD) manifestó que los señalamientos de la dictadura no deberían extrañarnos porque esa ha sido su tónica de culpar a otros por los crímenes que ellos cometieron.
«Esa siempre ha sido su tónica y la han venido exacerbando en los últimos años. Claro, no debemos naturalizar ese tipo de declaraciones ya que esa estigmatización tiene consecuencias concretas en la persecución a la que el periodismo nacional ha sido sometido», afirmó.
«Los y las pobladores que se atrevan a contradecirles, aún siguen siendo objeto de agresiones. Son 205 personas las que el régimen tiene secuestradas valiéndose del control total de organismo judicial, con delitos fabricados y juicios espurios. A muchos de ellos les tienen en cárcel de tortura», agregó Caldera.
El papel de la prensa independiente
Los opositores de la UNAB y la ACJD consideraron que el papel de los hombres y mujeres de prensa «ha sido y sigue siendo de vital importancia para documentar todas las violaciones a derechos humanos que cometen los Ortega Murillo y sus secuaces amparados en un aparato represivo que ha hecho metástasis en todo el Estado».
«Los y las periodistas independientes de Nicaragua han sido muy valientes ejerciendo en medio de un Estado represivo policial y paramilitar, que les ha atacado de todas las maneras posibles con el fin de silenciar; sin embargo, el periodismo ha resistido y sigue vivo, desde el territorio nacional y desde el exilio», aseguró Caldera.
El opositor explicó que el periodismo ha sobrevivido y se reinventó para fortalecer su compromiso de informar de manera responsable en medio de todo tipo de agresiones a las que los ha sometido la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
«El papel de los periodistas sin ganas de exagerar, ha sido heroico, pues ha sido muy sacrificado. Sabemos las limitaciones del periodismo producto del cerco represivo que la dictadura les ha impuesto. Y ver que a pesar de esas condiciones siguen haciendo periodismo es muy admirable. Sin lugar a dudas el periodismo es un símbolo de resistencia en Nicaragua», subrayó Castro de la ACJD.
«Gracias a la prensa independiente nacional la verdad de lo que sucede en Nicaragua se conoce alrededor del mundo. Mis respetos, admiración y agradecimientos para mis colegas que se han mantenido del lado de la verdad y de la justicia», manifestó el integrante de la UNAB.