Los cuatro sacerdotes, dos seminaristas y un laico que fueron secuestrados de la Curia Episcopal de Matagalpa, por la Policía de la dictadura de Nicaragua, están en aislamiento y son sometidos a extensos interrogatorios en la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocida como «El Chipote», revelaron a Artículo 66 fuentes extraoficiales. Los religiosos fueron sacados del palacio episcopal la madrugada del 19 de agosto por un fuerte contingente de oficiales que los trasladó a Managua.
El secuestro de los sacerdotes se dio tras pasar dos semanas confinados en la Curia de Matagalpa junto al obispo de la Diócesis, monseñor Rolando Álvarez, que también fue sacado del sitio y llevado a la casa de sus padres en Managua, donde permanece desde hace 11 días bajo «resguardo domiciliar», figura jurídica inventada por el régimen para tratar de maquillar el secuestro de facto que la impuso al prelado para silenciar su voz profética.
El abogado Yader Valdivia, del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, explicó a Artículo 66 que a los sacerdotes, seminaristas y laicos el régimen de Ortega y Murillo les viola todos sus derechos contenidos en la Constitución Política de la República al mantenerlos retenidos ilegalmente sin haber presentado una acusación formal en su contra.
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«Desde el principio existió una violación del derecho a la libertad individual cuando permanecieron (retenidos) en la Curia de Matagalpa, luego se dio una detención arbitraria e inconstitucional fuera de la normativa de la Constitución Política y del Código Procesal Penal. Están bajo un proceso judicial donde se violentan las garantías al no permitirles la comunicación con sus familiares y sin derecho a un abogado de su elección. No existe una acusación en su contra. Están bajo un proceso judicial arbitrario», enfatizó el defensor de derechos humanos.
Son presos políticos
Los sacerdotes José Luis Díaz y Sadiel Eugarrios, primer y segundo vicario de la catedral de Matagalpa de San Pedro, respectivamente; el padre Ramiro Tijerino, rector de la Universidad Juan Pablo II y encargado de la parroquia San Juan Bautista; el sacerdote Raúl González; los seminaristas Darvin Leyva y Melkin Sequeira y el camarógrafo Sergio Cárdenas son considerados presos políticos del régimen de Ortega y Murillo, según Valdivia.
«Ellos son presos políticos porque su detención sigue el mismo patrón de detenciones arbitrarias, de aislamiento a sus familiares y de mantenerlos presos en «El Chipote» como a todas las personas que se han opuesto al gobierno. Son presos políticos y se le han violado sus derechos constitucionales y las garantías al debido proceso», subrayó.
«En Nicaragua es Daniel Ortega y Rosario Murillo quien decide qué obispo está en el país y qué obispo tiene el derecho de salir a dar una misa. Podemos ver el ejemplo del obispo de León (monseñor René Sándigo), él puede dar su misa y participar en actividades públicas. En los medios de comunicación no se puede ver ya una homilía», aseguró.
El defensor de derechos humanos manifestó que la persecución a la Iglesia católica se consolida cuando Ortega decide qué padre asume la administración de la Diócesis de Matagalpa, al mantener detenido en Managua a monseñor Rolando Álvarez y dejar en la Curia al padre Óscar Escoto, vicario de la catedral de Matagalpa.