Los nicaragüenses se han ido mostrando cada vez más desanimados sobre su capacidad para influir en un cambio político, revela el estudio Barómetro de las Américas. A los encuestados se les consultó sobre cuál es la forma que pueden influir más para cambiar las situación del país. Ante esto, el 50% dijo que no es posible influir en un cambio. En 2008, el 52 % de los ciudadanos consideraba que ejercer el voto era la forma en que lo podían hacer.
Este fenómeno, que surge a raíz de la llegada de Daniel Ortega al poder en 2007 y por la crisis sociopolítica de abril de 2018, el equipo de la investigación lo considera como una «revalorización de la democracia». En años anteriores los nicaragüenses confiaban en el Poder Electoral por la experiencia que tenía con las elecciones de 1990. El 70 % prefiere un sistema que garantice las libertades políticas a uno que garantice un ingreso y servicios básicos.
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«Creían que (votar) era un mecanismo válido y útil para cambiar las cosas en Nicaragua. Ha habido un cambio total en la cultura política del nicaragüense. La gente no ha dejado de querer la democracia como un sistema de gobierno que garantice las libertades. Estamos viendo un proceso de revalorización de la democracia como sistema de gobierno que garantiza los derechos humanos de la población», señalan los expertos.
El informe también revela que el apoyo a la idea de la democracia en Nicaragua se recuperó en 2021 y que cerca de dos de cada cinco nicaragüenses cree que sus derechos básicos están protegidos (39 %). Sin embargo, los nicaragüenses no perciben cambios en la protección de los derechos fundamentales en 2021.
Además, la mayoría de los nicaragüenses, el 64 %, teme hablar de política con sus amigos, en 2019 era de 78 puntos porcentuales. Los investigadores atribuyen esta baja a la «acomodación» de la población a la situación reinante en el país cuando la valoración del funcionamiento de la democracia en el país cayó a su nivel más bajo (41 %) desde 2004. El apoyo a la democracia como sistema de gobierno es del 63 %, 11 puntos más que los registrado en 2019, un año después de las protestas sociales de 2018.
Incremento de la corrupción
En el tema de corrupción, dos tercios de los encuestados consideran que la mayoría de los políticos en Nicaragua son corruptos, esta situación ubica al país por encima de la región como Uruguay, Brasil, Colombia y Paraguay, con economías más estables y gobiernos democráticos.
La encuesta también preguntó a los ciudadanos si algún funcionario de gobierno o de la Policía Nacional les había solicitado un soborno en los últimos 12 meses, este fenómeno lo denominan «victimización por corrupción». El 22 % dijo que un empleado público le solicitó un soborno y el 19 % aseguró que oficiales de policía le pidieron una «mordida». El país se sitúa en el tercer puesto, solo superado por México y Bolivia en la región.
La encuesta revela que los niveles de victimización por corrupción en Nicaragua de 2019 a 2021 se multiplicaron hasta 5 veces pasando de 4 a 22 en el caso de sobornos por policías y de 11 a 19 por algún funcionario público.
Para el estudio se realizaron 2 mil 997 entrevistas telefónicas a igual número de nicaragüenses con un margen de error de 1.79. Las encuestas se aplicaron del 3 de junio 28 de agosto del 2021.