El Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más emitió un comunicado en «repudio» a la detención por 90 días impuesta al sacerdote de la Diócesis de Siuna, Óscar Benavidez. El párroco se encuentra en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial, conocidas como «El Nuevo Chipote».
«La investigación por 90 días es absolutamente arbitraria, basada en imputaciones infundadas y con una disposición procesal penal inconstitucional, tanto en el caso del padre Benavidez y de muchas personas presas políticas a quienes les han violentado sus derechos humanos», repudia la organización defensora de derechos humanos.
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El Colectivo, a su vez, denuncia «la criminalización contra religiosos de la Iglesia católica a quienes se les amenaza gravemente su libertad personal y se les impide ejercer su labor pastoral».
Según habitantes de la zona, el arresto arbitrario se dio tras la homilía del sacerdote donde habló acerca del profeta Jeremías, quien fue objeto de oprobio por los poderosos de la época, quienes lo acusaron de atentar y crear zozobra entre el pueblo.
Benavidez es originario de San Isidro, Matagalpa, tenía un poco más de tres meses al frente de la parroquia Espíritu Santo, en Mulukukú. Sus feligreses han expresado que es una persona muy querida en el pueblo. La Diócesis de Siuna aduce desconocer los motivos de la detención y pide a los fieles católicos a unirse en oración «por nuestro hermano presbítero Óscar Benavidez, que su única misión es y ha sido la de anunciar la buena nueva de Jesucristo, que es palabra vida y nueva salvación para todos».
El Colectivo también «condena la intensificación del asedio contra monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa, a quien mantienen ilegal y arbitrariamente encerrado junto sacerdotes y laicos en la Curia episcopal matagalpina. Además, hemos conocido que esta persecución se ha extendido a sus familiares para presionarlos que salgan y testifiquen contra monseñor Álvarez».
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«Demandamos el cese de la represión, la derogación de todas las leyes represivas y la libertad del padre Benavidez, de monseñor Rolando, sus acompañantes y de todas las personas presas políticas en Nicaragua», finaliza el comunicado.
Con esta detención ya son tres sacerdotes presos en este 2022. Monseñor Leonardo Urbina y el padre Manuel Salvador García, encabezan la lista. El primero es acusado de supuestamente haber violado a una menor de 12 años y el otro de haber agredido a una mujer y amenazado a militantes sandinistas.
Desde el cuatro de agosto, la Policía mantiene asediado en la Curia Episcopal y le impuso cárcel de facto a monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa, señalándolo de «crear zozobra en la población». Desde el 2018, el régimen de Ortega le ha declarado «la guerra» a la Iglesia católica por estar en defensa de los derechos humanos.