Decenas de feligreses católicos se congregaron este domingo, 14 de agosto, en la iglesia Catedral San Pedro en Matagalpa para recibir a la la imagen peregrina de nuestra Señora de Fátima, actividad que presidiría monseñor Rolando Álvarez, pero que debido al encierro impuesto por la Policía de Nicaragua, por órdenes del régimen Ortega-Murillo, no pudo asistir.
Durante la eucaristía los presentes no dudaron en gritar «¡Rolando amigo, el pueblo está contigo! ¡Obispo, amigo, el pueblo está contigo! ¡Viva la Iglesia católica de Nicaragua!».
En la homilía, que dirigió monseñor Edgar Sacasa Sierra, vicario de la Pastoral de la Diócesis de Matagalpa, expresó que como Iglesia celebran la misa, «pidiendo de todo corazón, con humildad y fervor, para que lo más pronto posible nuestro obispo —monseñor Rolando Álvarez— ya esté con nosotros, presidiendo la Diócesis (de Matagalpa) con normalidad». Al mismo tiempo, exigió que se le trate con respeto. Los asistentes se fundieron en un extenso aplauso en solidaridad con el jerarca, que también funge como administrador apostólico de la Diócesis de Estelí.
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El jerarca enfatizó que todos los sacerdotes en Nicaragua oran por una solución por «la encrucijada que vivimos como Iglesia Diocesana», con relación a la ola represiva que viven los líderes católicos del país a manos de la dictadura de Ortega.
Además, pidió a toda la feligresía vivir la misa con profundo fervor y amor, «con la mayor piedad que tengan en sus almas, ofrezcan el santo sacrificio de la misa por esa intención», en alusión al cese de la represión en contra de monseñor Álvarez.
«Oramos por los sacerdotes y hermanos laicos que acompañan a nuestro obispo (monseñor Álvarez) en la Curia Episcopal en estos días. Les agradecemos que en estos días han cuidado de nuestro obispo», agregó monseñor Sacasa.
Enfatizó que la situación que atraviesa monseñor Álvarez «nos duele a todos, nos aflige, nos hace falta; lo amamos, lo queremos y estamos unidos, digital, espiritual y existencialmente con él. Nuestros corazones monseñor Rolando están con usted día y noche, a cada atardecer».
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Haciendo implícitamente mención a los dictadores de Nicaragua, monseñor Sacasa afirmó que como Iglesia oran por «quienes gobiernan nuestro país, y les pedimos al Señor que la luz de su espíritu ilumine sus mentes y corazones y así como el etíope aconsejó al rey Sedequías que no siguiera adelante con la actitud que tenía con Jeremías, asimismo; pedimos que se trate a nuestro obispo como lo que es, con amor, con respeto, como un apóstol de Jesucristo, nombrado para nuestra Diócesis».
«La Iglesia anuncia el bien y denuncia el mal»
Por otra parte, el prelado señaló que la Iglesia ha «recibido de parte del Espíritu Santo el don de la profecía que consiste en anunciar el bien y denunciar el mal».
«La Iglesia no lo hace por intereses de ningún tipo, simplemente para cumplir como Jeremías o como Jesús, la misión profética que Dios nos ha encomendado», resaltó.
También llamó a todos los nicaragüenses a «crear» actitudes pacíficas de diálogo. «Esta es una hora importante para Nicaragua. Construyamos entre todos un capital inolvidable y excepcional, de encuentro, de diálogo, de la capacidad de escucharnos. Sepan que en todo diálogo, el Espíritu Santo está alentando a ambas partes para encontrar soluciones pacificas que lleven a los pueblo a experiencias de paz».
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«Estamos seguros que si todos abrazamos esa actitud de diálogo, de encuentro, de conversación, esas actitudes de respeto unos por otros, encontraremos caminos de paz en Cristo Jesús», concluyó
Pese a que no estuvo presente monseñor Rolando Álvarez, toda la feligresía vitoreó su nombre cuando monseñor Sacasa lo aludía. El prelado ha insistido en que la crisis que vive Nicaragua se solucionará a través de un diálogo y respeto. «Si todos los actores de la vida nacional abrimos el corazón a Dios, seguramente encontraremos la salvación de Cristo Jesús», remarcó.