El servicio de información del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam) reportó la «nueva arremetida» de Daniel Ortega en contra de la Iglesia católica en Nicaragua al cerrar seis radioemisoras de la Diócesis de Matagalpa, administradas por monseñor Rolando Álvarez.
El Centro para la Comunicación del Celam catalogó la acción como un «nuevo golpe» a la Iglesia por parte de la administración de Ortega, a la que llamó dictadura.
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En su reporte, detalló que el régimen obligó el cierre de las radios bajo argumentos que fueron cuestionados por monseñor Álvarez, luego de censurar el Canal Católico de la Diócesis y el Canal 51. La nota fue compartida por la Conferencia Episcopal de Nicaragua, CEN, en sus redes sociales, con lo que dejan constancia de los atropellos.
El portal Vatican News, de la Santa Sede, también hizo eco de la denuncia y de la posición de los sacerdotes nicaragüenses, quienes afirmaron que «seguirán informando y denunciando cualquier situación de violencia a la libertad de expresión y religiosa».
Un grupo de organizaciones de oposición, diáspora y de exiliados nicaragüenses iniciarán una campaña de recolección de firmas para una carta que será enviada al papa Francisco con el objetivo de pedirle una «posición más firme» sobre la situación en Nicaragua.
La carta dirigida al Vaticano es parte de las «acciones de resistencia pacífica» que estarán realizando a partir de este mes para «obligar a la dictadura a tomar medidas como la liberación de los presos políticos».
Los opositores también convocaron a los nicaragüenses a llenar los templos este próximo domingo siete, en rechazo a los actos represivos en contra de la Iglesia católica.
A su vez, propusieron incorporar la bandera azul y blanco en el paquete que se reparte durante la Gritería chiquita, así como continuar sumándose al paro de consumo de combustible todos los miércoles.
El subsecretario de Estado de Estados Unidos para el Hemisferio Occidental, Brian Nichols, condenó también el «brutal» ataque ejecutado por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo contra la Iglesia católica, medios de comunicación y comunidad religiosa.
«El brutal ataque de Ortega-Murillo contra el clero católico, instalaciones radiales y miembros de la comunidad en Sébaco es otro golpe a las libertades de religión y expresión en Nicaragua», escribió en Twitter el funcionario estadounidense.
El cierre del Canal RB3, conocido como «El Canal de la Zona Láctea», golpeó a su fundador, el periodista David Mendoza, y a la población matagalpina que veía en el medio de comunicación «una esperanza» para la gente más vulnerable de la zona porque realizaba obras sociales.
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En declaraciones a Artículo 66, Mendoza atribuye el cierre a posibles razones políticas por darle espacio «a sandinistas y no sandinistas» durante los 18 años de existencia del canal.
El joven reiteró que, poco antes de la medida gubernamental, un colega le propuso alinearse con el partido de gobierno, FSLN, a lo que se rehusó por ética. Sin embargo, fue un aviso de la censura que se concretó el dos de agosto.

En dos días, la dictadura censuró al menos ocho medios en Matagalpa: seis de corte católico y dos locales, el Canal RB3 y la emisora comunitaria Radio Vos.
Representantes de organizaciones defensoras de derechos humanos, nicaragüenses e internacionales, reiteraron su llamado al Estado de Nicaragua a cumplir con las recomendaciones brindadas recientemente por el Comité de las Naciones Unidas contra la Tortura (CAT).
En un pronunciamiento, señalaron que es imperativo que el Estado proceda a la liberación inmediata y sin condiciones de las personas presas políticas y, mientras esto suceda, garantice que cesen los actos de tortura y se proporcionen condiciones de detención acordes a los estándares internacionales.
Asimismo, urgieron la imparcialidad del sistema de justicia penal que de credibilidad a las investigaciones sobre violaciones de derechos humanos en contra de reos políticos, pueblos indígenas, mujeres y otras poblaciones vulnerables.
Invitaron a la comunidad internacional a responder «contundentemente y valerse de todos los recursos a su alcance para que el Estado de Nicaragua rinda cuentas» por los atropellos cometidos desde abril de 2018.
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El presidente ilegítimo de Nicaragua, Daniel Ortega, aseguró que Estados Unidos envió a un emisario para «abrir comunicación» con su régimen, pero este fue rechazado por llegar al país de manera «clandestina».
Ortega hizo la afirmación durante el acto del 43 aniversario de constitución de la Fuerza Aérea del Ejército de Nicaragua, realizado el dos de agosto. Tres meses antes, el gobierno de Joe Biden había confirmado que mantenía una comunicación bilateral con el régimen de Nicaragua, y medios revelaron que Laureano Ortega Murillo intentó establecer un diálogo con Estados Unidos para «aliviar las sanciones».
En el evento, Ortega también se mostró molesto con Estados Unidos por haber matado con dron al líder de Al Qaeda en una operación antiterrorista llevada a cabo en Afganistán el fin de semana.