Diversas agrupaciones de oposición y de derechos humanos nicaragüenses rechazaron la persecución estatal contra los trabajadores del diario La Prensa que los obligó a salir al exilio.
La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo recrudeció su política de intimidación contra la prensa independiente desde el pasado seis de julio, en esa fecha apresó a dos conductores del diario sin motivo alguno. Ambos están presos y a espera que se les realice un juicio con cargos falsos.
«Exilio forzado de personal de La Prensa es un paso más al cierre de toda posibilidad de libertad de expresión y prensa. Están condicionádoles a depender de otras fuentes, imposibilitando la verificación in situ de los atropellos que comete el régimen y poder informar desde afuera», escribió el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) en su cuenta de la red social Twitter.
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Fernando Brenes, integrante del Consejo Ejecutivo de la Alianza Cívica por el sector político, manifestó que, tras la cárcel y el exilio de los liderazgos políticos opositores, el periodismo independiente es el segundo escalón por el que se siente amenazado el régimen y lo que busca es «pulverizarlo y callar definitivamente».
«(El objetivo es que) no quede ningún reducto de denuncia e información a la población, es la aplicación de (la) lógica de los regímenes totalitarios como el imperialismo chino y regímenes (como el) cubano, norcoreano, iraní y ruso. Quieren silenciar al pueblo e imponer su narrativa y la decisión de la prensa de salvaguardar a su personal es la decisión correcta para romper el cerco informativo», afirmó Brenes a Artículo 66.
Marlon Caldera, miembro del Consejo Político de la Unidad Nacional Azul y Blanco (Unab), señaló que estas acciones de la dictadura son una nueva arremetida en contra de la prensa independencia de Nicaragua.
«Como todo régimen dictatorial, la prensa es uno de sus blancos. Para ellos es importante acallar las voces que puedan develar los delitos que a diario cometen contra el pueblo de Nicaragua. Sin embargo, y en medio de todo este aparato represor, La Prensa sigue viva y seguirá viva, denunciando todas las violaciones a los derechos humanos que los Ortega Murillo cometen en Nicaragua», dijo el opositor.
«Entre el seis y el 11 de julio, la Policía ejecutó 13 allanamientos en viviendas de personas que trabajan en medios de comunicación independientes, no solo de La Prensa. Seis de estos allanamientos se realizaron en horas de la noche, fuera de las horas establecidas por la ley y no hubo una orden de allanamiento ni justificación que tuviera asidero legal. En cinco allanamientos hubo robos de equipos que estas personas utilizaban en su trabajo. Esto afectó a cinco plataformas digitales aparte de La Prensa», detalló.
María Asunción Moreno, integrante de la Alianza Cívica, afirmó que el ataque de la dictadura a la prensa independiente ha sido «feroz pero muy particularmente al diario La Prensa» y que el régimen creía que con la toma de sus instalaciones la estaba silenciando.
«Para su sorpresa La Prensa a la que él ya la tenía desabastecida de papel por mucho tiempo, fortaleció su edición en línea y desde entonces día a día nos hemos informado en su edición digital, de forma que el personal de La Prensa de forma heroica ha mantenido un alto estándar de periodismo en línea y eso es algo que el régimen no lo tolera», manifestó Moreno.
La opositora indicó que el objetivo del régimen Ortega Murillo es «silenciar ese medio cueste lo que cueste, asediando a periodistas, encarcelando a conductores humildes, demostrando que nadie que trabaje para La Prensa o tengo algún nexo con esta puede vivir tranquilamente en Nicaragua».
«Tenemos claro que el régimen no tolera la prensa independiente, y ahora va de la forma más violenta contra todo el personal pensando que ahora si lo logrará callar. Tengo fe que desde el exilio La Prensa seguirá informándonos con la valentía y calidad informativa que le caracteriza», concluyó.
Persecución contra La Prensa
Tras el arresto de dos conductores, el allanamiento de las viviendas de varios periodistas y fotógrafos la represión fue escalando. Ante estas acciones de la dictadura de Nicaragua, la administración del medio puso en resguardo a su personal y posteriormente lo sacó del país. Aunque los hombres y mujeres de prensa ya no están es sus vivienda, el régimen no ha parado de asediar a sus familiares.
«Aunque todas las personas salieron de forma irregular debido al temor de ser detenidas en las fronteras del país, varias tuvieron que huir sin llevarse consigo sus pasaportes o llevando únicamente los documentos vencidos, ya que desde hace meses el régimen se ha negado a renovar los documentos de viaje de periodistas de medios independientes, como parte de la represión sistematizada y los ataques a la libertad de prensa. Esto imposibilita la movilidad de las personas que huyen de Nicaragua», denunció La Prensa en su sitio web.
El medio informó que están en el proceso de reorganización de su redacción en el exterior para continuar su labor informativa sobre la realidad nacional. Las instalaciones de La Prensa permanecen tomadas por la dictadura desde agosto de 2021, su gerente general, Juan Lorenzo Holmann Chamorro; fue declarado culpable por supuesta defraudación aduanera.
Además, otros directivos del medio están encarcelados como la exaspirante presidencial Cristiana Chamorro y el exdiputado Pedro Joaquín Chamorro. A los hermanos Chamorro, presos políticos de Ortega. la dictadura los acusó por lavado de dinero y los sometió a un juicio con ribetes políticos, consideran expertos.