El subsecretario de Estado de Estados Unidos para el Hemisferio Occidental, Brian Nichols, condenó la toma arbitraria de las cinco alcaldías dirigidas por el ilegalizado partido Ciudadanos por la Libertad (CxL), las que el régimen de Daniel Ortega arrebató por la fuerza.
El asalto a los gobiernos municipales fue ordenado por la dictadura de Nicaragua y ejecutado por efectivos policiales, acompañados por otros operadores políticos como secretarios políticos, alcaldes oficialistas y paramilitares, quienes se tomaron por la fuerza las comunas de Santa María de Pantasma, San Sebastián de Yalí y El Cuá, en Jinotega; Murra, en Nueva Segovia; y El Almendro, en Río San Juan.
«El régimen teme a la voz del pueblo y les niega las opciones en las elecciones municipales. Los nicaragüenses merecen una democracia real, no una farsa», manifestó Brian Nichols en su cuenta de Twitter.
Además, el diplomático estadounidense sostuvo que «la destitución arbitraria del régimen Ortega-Murillo de cinco alcaldes opositores electos democráticamente es reprochable».
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El observatorio independiente Urnas Abiertas denunció que ninguna de las tomas ilegales ni la Policía ni los operadores políticos presentaron órdenes judiciales o cualquier otro tipo de documentación oficial que justifique la acción, más bien se reportan retenciones, amenazas verbales, allanamientos ilegales y un asalto de características militares.
«Extraoficialmente se conoce que los ejecutores de las tomas designaron de manera ilegítima nuevas autoridades, las cuales todavía no han sido comunicadas oficialmente ni juramentadas por el Consejo Supremo Electoral (CSE), por lo que la información reportada en esta entrega de Urnas Abiertas podría variar si así lo decide el régimen», indicó.
El organismo explica que la Policía es un cuerpo del Estado «que resguarda el orden para la ciudadanía», pero «transgreden su propia norma jurídica al no cumplir su naturaleza profesional, apolítica, apartidista y en estricto apego a la Constitución Política de Nicaragua».
La nueva arremetida del régimen ocurrió a cuatro meses de las elecciones municipales 2022, en Nicaragua, por lo tanto organizaciones de oposición aseguran que este atropello a la democracia es «un reflejo» de que los próximos comicios electorales «carecerán por completo de la participación del pueblo, porque el régimen Ortega-Murillo ensombrece el panorama del proceso electoral de noviembre y apunta nuevamente a eliminar todo vestigio de oposición real».