La Unión Democrática Renovadora (Unamos) se adhirió al clamor de los familiares de los más de 190 presos políticos que exigen a la dictadura que abra las puertas de «El Chipote» para que se constate la salud física de los reos que están detenidos en las distintas cárceles de Nicaragua por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
En sus redes sociales han publicado las fotografías de las personas presas políticos que ya cumplieron un año de encierro en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocidas como «El Chipote», donde son sometidos a tratos crueles, inhumanos y degradantes que han mermado su salud, según declaraciones de sus parientes que los visitan cuando la dictadura lo permite, ocho ocasiones en más de un año.
«Exigimos que abran El Chipote a familiares de las personas presas políticas, al CICR (Comité Internacional de la Cruz Roja), a la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos) y al grupo de expertos independientes de la ONU (Organización de Naciones Unidas). Solo así se puede constatar su condición de salud. ¡QUE LOS MUESTREN! ¡Abran el Chipote!», escribió en su cuenta de Twitter la organización política acompañada con una foto de la presa política Ana Margarita Vijil, expresidenta de Unamos y detenida hace un año.
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La madre de Vijil, María Josefina Gurdián, conocida como Pinita; es una adulta mayor que padece cáncer y escribió en su cuenta de Facebook que no quiere morirse sin antes ver en libertad a su hija y a su nieta, la también presa política Tamara Dávila.
Las dos mujeres ya cumplieron un año de estar en cautiverio. Según sus familiares están bajo condiciones inhumanas, en aislamiento, incomunicadas, sin acceso a medicina ni atención médica y con pocas horas de sol al día.
«Desde mi situación especial de un cáncer que cada día progresa, yo protesto y pido abran su corazón. No quisiera morir sin tenerlas libres. Toda esta angustia agrava mi situación. Es una pesadilla constante… Uso este espacio que, aunque es reducido, es el único que me permite gritar al mundo mi angustia y mi dolor», escribió Pinita en su cuenta de Facebook.
«Con frío en este tiempo tan húmedo. A algunas les han pasado la colcha que les llevamos, pero a otras no ha sido posible se las entreguen. Esa es otra forma de tortura. Durmiendo sobre una cama de piedra sobre una colchoneta que con el tiempo se ha ido reduciendo y que les produce mucho dolor de espaldas. Con hambre. Con inundación en algunas celdas», destacó.
Su hija Ana Margarita Vijil y su nieta Tamara Dávila, ambas son presas políticas de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Las dos mujeres opositoras enfrentaron juicios por «menoscabo a la integridad nacional» bajo la supuesta violación a la Ley 1055, Ley de Soberanía. Vijil fue condenada a 12 años de cárcel y Dávila a 13 años de prisión.