La opositora y actual presa política Suyen Barahona está cumpliendo un año de encarcelamiento en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocidas como «El Nuevo Chipote», en Managua. Sus familiares lamentan las condiciones a las que está siendo sometida con torturas físicas y psicológicas.
Barahona lamenta el no poder ver a su hijo de cinco años, pues el régimen de Nicaragua le ha prohibido cualquier acercamiento con el menor. «Llevo un año sin poder ver a mi hijo, sin poder escuchar su sonrisa, sin poder abrazarlo y estar con él. Sigo soñando con dejarle a él y a todas las niñas y niños una Nicaragua linda. Mi sueño, mi alegría y mi compromiso siguen intactos: Justicia y libertad», fueron las palabras de la opositora que sus parientes dieron a conocer por medio de un mensaje divulgado en redes sociales.
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Sus familiares expresan que «el 10 de junio pudimos ver por octava vez en un año a nuestra hermana Suyen (Barahona). Ella se encuentra con fortaleza de espíritu a pesar de las condiciones que enfrenta. Suyen continúa aislada e incomunicada al igual que sus compañeras Tamara Dávila, Ana Margarita Vijil y Dora María Téllez. Es realmente increíble que lleva 365 días en una celda sola, sin poder tener una persona con quien interactuar y hablar», denuncian.
Los allegados de la presidenta de la Unión Democrática Renovadora (Unamos) se muestran preocupados, ya que Barahona «continúa baja de peso, con acceso a la luz solar solamente una vez a la semana. Se le ha realizado algunos exámenes médicos, pero no se ha informado los resultados de estos, creando angustia y zozobra tanto en ella como en nosotros sus familiares. Desde la última visita, hace más de 45 días, ha presentado lesiones en la piel que parecen ser hongos por las condiciones de humedad en su celda».
El 15 de febrero, la jueza orteguista Ulisa Yaoska Tapia Silva, titular del Juzgado Décimo Tercero de lo Penal de Juicio de Managua, condenó a ocho años de prisión por el delito de «menoscabo a la integridad nacional» a Barahona, además la inhabilitó para ejercer cargos públicos.
Durante el juicio político, la opositora expresó brevemente y con firmeza que «he dedicado gran parte de mi vida adulta a mejorar Nicaragua y defender los derechos humanos de todos los nicaragüenses. Parte de mi lucha ha sido por mi hijo para que sepa que hay que defender sus derechos».
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En un año de prisión afirman que «se continúa violando el derecho de todas las personas presas políticas a visitas regulares, a comunicarse con su familia, hijos e hijas, ya sea a través de visitas, correspondencias o llamadas. A pesar de múltiples intentos a Suyen durante un año entero se le ha privado de recibir un dibujo, una foto o una llamada de su hijo de 5 años».
La activista fue uno de los rostros más representativos dentro de la oposición denunciando las violaciones a los derechos humanos por parte del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Pese que ya hay una sentencia, el régimen no define si pagará la condena en «El Chipote» o será trasladada a un penal de mujeres.
