La Unión Democrática Renovadora (Unamos) denunció que los familiares de las personas presas políticas son víctimas de «acoso constante durante las visitas y agresiones sexualizadas en la requisa a mujeres». Además, reiteraron que a los rehenes de la dictadura les continúan racionando los alimentos e insumos.
«Durante la última visita, sus familias denuncian acoso constante y agresiones sexualizadas en la requisa a mujeres que visitan a las presas y presos políticos detenidos en El Chipote, lo que incluyó tocamiento a geniales y senos», reprochó la organización.
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Recientemente sus familiares lanzaron un SOS por las vidas de sus parientes y denunciaron con «extrema preocupación un deterioro generalizado en la salud». Igualmente, resaltaron, mediante una conferencia de prensa virtual, la existencia de «una política sistemática de torturas dirigida a quebrar sus cuerpos y mentes», que incluye el encierro en celdas de castigo, la incomunicación, la falta de alimentos y el ataque a su salud.
Mediante el comunicado continuaron añadiendo que dentro de El Chipote existe la «falta de acceso sistemático a salud de forma oportuna, adecuada y especializada. Enfermedades y padecimientos son tratados hasta que la situación empeora o llega a extremos, no se les está llevando a enfermería, tampoco les están brindando información sobre su peso, ni los resultados de los escasos exámenes que les realizan».
Unamos resalta que estas acciones son un reflejo de la «consolidación de una política de castigo y control, que busca callar sus voces y que cesen de demandar sus derecho».
Según los familiares, los problemas médicos se agudizan en los prisioneros que padecen enfermedades crónicas, que tienen mayor edad o que requieren atención médica especializada. «Hemos identificado un patrón de diagnósticos errados, sobremedicación y/o medicación inadecuada o contraindicada. Esta situación está causando empeoramiento de enfermedades, alergias y hasta quemaduras de primer y segundo grado».
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Unamos también hizo hincapié en que «los elementos de aseo básicos se los están limitando. Se observa la consolidación de una política de castigos y control para acallar las demandas de sus derechos. Los están matando lentamente».
Igualmente, explicaron que varios de los reos de la dictadura de Ortega-Murillo están padeciendo problemas en la piel, «adquiridos por las condiciones de absoluta insalubridad en la que se encuentran, lo que provocado infecciones por hongos, eczemas y hasta despigmentación».