En su acostumbrada alocución del mediodía, a través de los medios de propaganda, la vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, volvió a despotricar contra la oposición de Nicaragua a los que volvió a llamar «traidores de la patria».
La portavoz del régimen orteguista anunció que este sábado 30 de abril, comparecerá Daniel Ortega y estarán «celebrando la vida» de Tomás Borge, uno de los fundadores del Frente Sandinista de Liberación Nacional, muerto en 2012.
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«Vamos a estar reunidos espiritualmente con toda su familia (…) recordando como familia nicaragüense a nuestro comandante fundador Tomás Borge Martínez», anunció la primera dama.
En clara alusión a los oposición de Nicaragua y a los presos políticos, la vicedictadora dijo que Borge «¡Cómo despreciaba y despreciamos a los traidores!».
«Tomás despreciaba a los traidores a ellos mismos en primer lugar; traidores a la patria, a la bendición de una patria libre, soberana, digna; traidores —decía Tomás— nunca».
La esposa del dictador Daniel Ortega continuó sus insultos contra los opositores y detractores a su régimen, aseverando que «es doloroso para ellos mismos que han manchado su expediente, su legado, con traición a la patria. Pero bueno, son poquísimos porque gracias a Dios y a la grandeza de nuestros héroes nacionales (…) se ha opacado toda esa vileza, toda esa maldad, toda esa perversión, toda esa traición».
Tomás Borge, señalado de crímenes de lesa humanidad
Pese a que la vocera de la dictadura «honra el legado del coherente, el consecuente Tomás Borge», el fundador del partido rojinegro fue señalado en sus últimos años de vida de múltiples actos de corrupción, enriquecimiento con dinero del Estado y la adquisición de propiedades millonarias mediante redes des tesfaterros.
Borge también fue señalado como ejecutor de crímenes de lesa humanidad contra opositores y lideres religiosos durante el primer gobierno sandinista en la década de los 80.
Según una crónica publicada en el diario El País, de España, en el 2012, titulada «Tomás Borge, el represor en la revolución sandinista», el periodista Carlos Salinas afirma que «a Borge se le acusa de desatar todo un sistema de espionaje y persecución contra los “enemigos de la revolución”, incluyendo a miembros de la Iglesia católica».
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También se le achaca haber ordenado el asesinato de 37 presos políticos y de desatar una cacería contra los indígenas misquitos del Caribe nicaragüense. Algo que siempre negó, pero las organizaciones de derechos humanos de Managua han arropado las denuncias de los líderes misquitos que le acusan, junto a otros dirigentes de matanzas y desplazamientos forzados».
La crónica de El País señala que exmiembros del FSLN que conocieron a Borge lamentan el papel que el «comandante» tuvo que desempeñar. «La crueldad de la historia y de sus compañeros fue asignarle el papel de represor a quien hubiese brillado como benefactor, como líder apasionado de ideas hermosas», aseguró la escritora Gioconda Belli tras conocer su muerte.
Por su parte, el diario La Prensa publicó este reportaje en 2010 en el que revela cómo Borge y su entramado de testaferros sangró del Instituto de Seguridad Social (INSS), ya bajo control de Daniel Ortega, alrededor de 1.6 millones de dólares que fueron entregados a una clínica, que en ese momento tenía como socio al fundador del FSLN.
Tomás Borge también terminó sus últimos días como el ideólogo del germen dictatorial que más tarde mostraría Daniel Ortega. «Todo puede pasar aquí (en Nicaragua), menos que el Frente Sandinista pierda el poder (…). Yo le decía a Daniel Ortega: podemos pagar cualquier precio, digan lo que digan, lo único que no podemos perder es el poder, y hagamos lo que tengamos que hacer”, dijo Borge antes de morir.
Su frase ha sido asumida a pie juntillas por la nueva dictadura dinástica de los Ortega Murillo. Tras su muerte y en ese afán de aferrarse al poder a cualquier costa, Ortega ha obedecido y ha ejecutado crímenes de lesa humanidad, ha aplastado los derechos de los nicaragüenses, encarcelado a los opositores y atornillarse en el poder, mediante las acciones fraudulentas más impensables. Así, Tomás Borge está sirviendo de guía del mal 10 años después para una dictadura que ha superado con creces a la otra tiranía, la de los Somoza.