Una multitud de feligreses participó este 24 de abril en la caravana de la «Ruta de la Divina Misericordia 2022» junto a monseñor Rolando Álvarez, obispo de la diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la diócesis de Estelí, en el segundo domingo de Pascua.
La peregrinación, que movió a miles de creyentes, dio inicio tras la celebración de la eucaristía celebrada por monseñor Álvarez en la Iglesia Catedral San Pedro Apóstol en Matagalpa, después de dos años de pausa debido a la pandemia del COVID-19.
«La paz es fruto del perdón de nuestros pecados» y «la misericordia misma se llama paciencia», manifestó el líder religioso en su homilía dominical, en referencia al evangelio del día que relata el saludo de Jesús a sus discípulos: «¡Paz a vosotros!».
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«La paz del Resucitado es fruto del perdón que nosotros ofrecemos a los demás, es fruto de la paciencia que, así como el Señor la ha tenido con nosotros, así debemos de tenerle a los demás», manifestó.
Añadió que «cada uno de nosotros somos un puente para que los demás se acerquen, para que se puedan encontrar, perdonar, que nuestra vida nunca sea causa de división, nunca sea causa de obstáculo porque, en ese sentido, sería un escándolo. Que nuestra vida posibilite que los demás se puedan mirar a los ojos sin humillarse, sin sentirse extraños y comunicándose lo más serio de sus vidas».
Una vez celebrada la santa misa, la feligresía inició el recorrido desde la Iglesia Catedral hacia la parroquia Santa Faustina Kowalska en Solingalpa, donde se rezó la Coronilla a la Divina Misericordia, y siguió hacia la parroquia San Juan Pablo ll en Chagüitillo donde una multitud recibió, entre pólvora y aplausos, a monseñor Álvarez para realizar la consagración a la Divina Misericordia que este año se encomendó a Nicaragua, Ucrania, Rusia y el mundo entero.
«Quiero agradecerles todo ese amor que, gracias a ustedes, yo he llegado al convencimiento que se expresa plenamente en la oración: cuando una persona ama a alguien ora por ese alguien. Gracias a la oración de ustedes el Señor me guarda y me custodia, es una protección infalible, que no falla. Sigan orando por mi porque lo necesito», manifestó el jerarca católico, una voz crítica de la dictadura de Nicaragua.
«Tenemos una necesidad común que es nuestra Nicaragua, pidámosle al Señor la gracia de Nicaragua, de lo que necesita Nicaragua (…) Estamos aquí porque creemos firmemente que de ellos (Jesús) viene nuestra Salvación, la personal, las gracias que necesitamos y la salvación que también necesita Nicaragua».
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Los fieles continuaron su ruta recorriendo a pie cuatro kilómetros hacia la parroquia Divina Misericordia en Sébaco. En el trayecto, monseñor Álvarez aprovechó para saludar a los adultos mayores del Hogar de Ancianos San Francisco de Asís. La caravana se realiza desde el 2013.