A tan solo una semana de conmemorarse el cuarto aniversario de la rebelión cívica de abril de 2018, la Unidad Nacional Azul y Blanco (Unab) informó que, los miembros de su Consejo Político, han sostenido reuniones con grupos de nicaragüenses en el exterior, conocidos como la diáspora, con el fin de unir esfuerzos para continuar la denuncia internacional contra el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Según el comunicado, divulgado el lunes, 11 de abril, por la agrupación, las conversaciones han girado en el fortalecimiento de la unidad opositora y «en la búsqueda de mayor presión internacional al régimen, mediante el cabildeo en los diversos foros mundiales y ante los gobiernos democráticos».
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Tras la farsa electoral de noviembre de 2021, más de 40 países, incluido el bloque de la Unión Europea, catalogaron de ilegítimo el nuevo mandato de Ortega y su esposa, quienes se impusieron en el poder ordenando cárcel a sus principales contendientes.
Rosario Murillo continúa imparable con sus ataques a la oposición nicaragüense, discursos que han arreciado de tono en el mes de abril. La vocera y vicepresidenta de Ortega no ha descansado un solo día y este lunes afirmó que en el país se promueve el entendimiento y la cultura de paz para «enterrar el odio» que se vivieron «aquellos días» en referencia a las protestas sociales de 2018.
Murillo insiste en atribuirles la destrucción, muertes, heridos y retroceso económico de la nación a sus adversarios, pese a que organismos internacionales de derechos humanos responsabilizan al régimen de turno por los crímenes de lesa humanidad registrados en ese contexto.
Delegados de la oposición nicaragüense criticaron a Estados Unidos por su débil ejecución de la Ley de Reforzamiento al Cumplimiento de Condiciones para la Reforma Electoral en Nicaragua, conocida como Ley Renacer, promulgada por el presidente Joe Biden en noviembre de 2021 para presionar a Daniel Ortega a que garantice unas elecciones libres, observados, transparentes y democráticos.
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El politólogo y perseguido político Manuel Orozco recomendó aumentar la presión a través de sanciones y la revisión del Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica y Estados Unidos (Cafta).
Por su parte, el director de políticas e iniciativas estratégicas de la Seattle International Foundation (SIF), Eric L. Olson, tildó la ejecución de la ley de «casi prácticamente un fracaso hasta el momento». La nota adjudicada por el experto fue de una «F de fracaso total, porque no ha habido los avances en la preparación para la implementación de esta ley». Las declaraciones fueron expuestas en un encuentro virtual.
La «guerra» declarada de «facto» contra los periodistas nicaragüenses por parte de Daniel Ortega, Rosario Murillo y sus operarios no cesa, así ha quedado plasmado en marzo de 2022, según el informe de la red regional Voces del Sur, organismo que vigila los ataques a la libertad de prensa en países latinoamericanos.
De acuerdo con la organización, la estigmatización, hostigamiento, agresiones, acoso policial y difamación prevalecen contra los hombres y mujeres de prensa que documentan las violaciones a los derechos humanos en Nicaragua. Además, denuncian la continuidad del cierre de ONG, juicios políticos y ataques cibernéticos contra entidades vinculadas al ejercicio de informar.
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Voces del Sur documentó el mes pasado 103 casos de violaciones a la libertad de prensa; «94 fueron perpetrados contra medios de comunicación (91.2 %), 8 contra personas naturales (7.8 %) y 1 caso en contra de una organización gremial de periodistas (1%)».
Este lunes centenares de nicaragüenses participaron del tradicional «Viacrucis Acuático», que recorre parte del Gran Lago de Nicaragua o Cocibolca, en una tradición religiosa en la que los devotos recrean, sobre el agua, el sufrimiento de Jesucristo.
Las embarcaciones recorrieron algunos islotes ubicados cerca de la costa de la ciudad colonial de Granada. La peregrinación acuática, organizada por la Diócesis de Granada, se extendió por unas cuatro horas. Esta tradición es considerada única en el mundo, pues solamente en Nicaragua se lleva la venerada imagen de Jesús de Nazaret – con las manos atadas – transportada en una lancha, decorada con flores y banderas.