El obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez, afirmó que el régimen de Daniel Ortega pretende «afianzar el poder irracional, someter al pueblo y robarle su futuro» a la juventud al orientar el cierre de los centros de educación superior privados y otros ligados a la Iglesia católica.
«Descuidar la calidad educativa, impedir el pensamiento crítico y apoderarse de centros universitarios son medios para afianzar el poder irracional, someter al pueblo y robarle su futuro», escribió el jerarca católico en sus redes sociales luego de la cancelación de la personalidad jurídica a la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli), Asociación de Estudios Humanitarios (UNEH) y asociaciones educativas de la Diócesis de Estelí.
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La aplanadora orteguista resolvió cancelar la personalidad jurídica de las universidades con 75 votos a favor. Entre las asociaciones de estudios superiores diocesanos canceladas se encuentran la Asociación Instituto Agropecuario de la Diócesis de Estelí, Asociación de colegios parroquiales de la Diócesis de Estelí, Cáritas Diocesana de Estelí, Familia Padre Fabretto y Asociación Centro Cultural del Norte de la Diócesis de Estelí.
Esta nueva acción de la dictadura ha sido denunciada como una nueva arremetida contra la Iglesia católica que desde 2018 ha sido constante en la denuncia a la violación de derechos humanos en Nicaragua lo que ha generado un constante ataque en su contra por lamentar los asesinatos, los encarcelamientos y el exilio de miles de nicaragüenses producto de la inestabilidad y violencia dirigida por la pareja presidencial, Daniel Ortega y Rosario Murillo.
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El matrimonio en el poder ha acusado a los religiosos de ser «golpistas» de «bendecir al terrorismo». Recientemente, la vicemandataria los señaló de ser «retrasados y atrasados», que «en nombre de Cristo hablan como no debieran hablar, con malos augurios que además no representan realidades sino que la imaginación de quien usa el mal para su propio beneficio. Recordemos que el mal se devuelve, que Dios no bendijo el mal, que Dios no bendijo el terrorismo».
Los estudiantes afectados también calificaron esta medida del régimen como un «atropello contra la educación superior» en un intento de los Ortega-Murillo por «tener a los estudiantes bajo su control» limitando su libertad de cátedra y pensamiento.