En una nueva sesión del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) donde se presentó el informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) «Concentración del Poder y Debilitamiento del Estado de Derecho en Nicaragua», el delegado de Nicaragua, Michael Campbell Hooker, declaró que el país es víctima de un «guion malvado, manipulador y notoriamente sesgado presentado por la CIDH».
El enviado del régimen orteguista acusó a la CIDH y a la OEA de presentar «falsas observaciones» y «maquiavélicas conclusiones» para satisfacer al «interventor de soberanía nacional» que ha sido identificado por los países, el clara alusión a Estados Unidos.
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«Hemos mostrado pruebas irrebatibles de la maldad mediática orquestada a nivel internacional, y puesta en conocimiento a todos cada uno de ustedes los fehacientemente testimonios de las víctimas del terrorismo brutal que fue sometida a la población humilde de Nicaragua en aquellos tenebrosos tranques de la muerte», dijo Campbell Hooker.
El recién estrenado defensor del orteguismo señaló que el informe de la CIDH es una réplica ya usada para tratar de demostrar «un caso que solo está en la mente de los guionistas que la redactan. En el fondo trata reiteradamente de encubrir gravísimos ataques contra las instalaciones del gobierno central, las municipalidades y sobre toda la población víctima de los terroristas, los asesinados por los golpistas, humildes viviendas arrasadas incendiadas, el dolor de las familias que sufrieron en viva imagen la quema de sus familiares por estas ordaz alentadas y financiadas desde ciertos países y acuerpados por algunos clérigos infames».
El documento de la OEA señala que Daniel Ortega y Rosario Murillo «tienen instalado un régimen de supresión de todas las libertades, mediante el control y vigilancia de la ciudadanía y la represión ejercida desde las instituciones de seguridad estatales y paraestatales avalado por los demás poderes; en concertación con las instituciones de control».
Campbell dijo que el supuesto «golpe de Estado» lo vienen gestando desde mayo de 2018, cuando la CIDH recibió la invitación del régimen para investigar la situación de los derechos humanos en el país en el marco de las progresías sociales, el informe de esa visita concluyó que el Estado cometió crímenes de lesa humanidad.
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La CIDH apuntó que con estas acciones la pareja de dictadores busca perpetuarse en el poder mediante la realización de elecciones que «no dan las garantías mínimas de libertad, acceso a la información, transparencia y pluralidad, en un contexto de cierre de todos los espacios democráticos y de impunidad estructural».
«Por su parcialidad y notoria instrumentalización; así como su obvia incapacidad para ver otras realidades de severas afectaciones al derecho a la vida en diversos pueblos de nuestro continente; estos informes pierden veracidad y sustentabilidad por lo expresado y dado nuestro respeto por los pueblos de nuestra América. Los pueblos merecen ser tratados con integridad y respeto», señaló Campbell.
«No participaremos de esta sesión pues en ella se quiere implantar una imagen que lo que busca es legitimar y justificar actos lesivos, promocionar golpes de Estado y alimentar el terrorismo como fórmula para desestabilizar la soberanía nacional», añadió.