El grupo político Hagamos Democracia junto con grupos de exiliados y miembros de la diáspora impulsan un proyecto conjunto dirigido a incidir en la deslegitimación de las eventuales elecciones en Nicaragua del siete de noviembre por parte de la comunidad internacional.
En un comunicado, manifestaron que «los exiliados en esta nueva etapa podrán conocer más de la coyuntura nacional donde la dictadura pretende vender “un inerte diálogo nacional”, una falsa reactivación económica, y una elecciones que carecen de toda legitimidad».
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Con ello, pretenden «denunciar el proceso electoral que ejecuta la dictadura a través del Consejo Supremo Electoral con el fin de perpetuar a Daniel Ortega y Rosario Murillo en el poder, así como buscar incidencia en la comunidad internacional para el desconocimiento de estas votaciones del siete de noviembre». Añaden que estas acciones «son partes de las acciones que se ha propuesto el mecanismo de Coordinación de Nicaragüenses Exiliados y Diáspora en Costa Rica en la reanudación de sus encuentros como parte de una segunda fase de este proyecto, acompañado por la organización política».
El presidente de la organización política, Luciana García , alegó que «lo más importante ahorita en el exilio es que este proceso electoral básicamente sea declarado ilegítimo, porque hay tantos presos políticos, por tantos opositores y precandidatos presos y porque se les está cercenando sus derechos humanos, civiles y políticos, pero sobre todo que podamos dirigirnos a una sola voz por los ciudadanos que no tienen voz en Nicaragua y buscar una oportunidad en tener una incidencia que nos va a permitir de una manera presionar al régimen».
García expresó que los encuentros de exiliados y diáspora nicaragüenses son una «parte del proyecto que nos mueve la lucha cívica, y que estamos conscientes que la lucha cívica es un poquito lenta, pero no deja de ser cívica para construir una Nicaragua democrática sin dictadura».
El exdiputado Eliseo Núñez explicó que la metodología del proyecto consta de dos directrices; la primera «es concentrar los esfuerzos en cómo crear espejos entre los exiliados en Costa Rica con los que están en Nicaragua, que se formen no solo por temas de territorios, sino por intereses, esto es precisamente para tratar que el exilio tenga mayor incidencia en la toma de decisiones».
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Agregó que «el segundo, es que acá que hay mas espacios, más libertad, se construya una estrategia propia del exilio que se pueda compartir con las organizaciones que están dentro de Nicaragua para tener una manera clara en esta etapa donde (Daniel) Ortega se echará los votos en noviembre».
Yader Serrano, de la Resistencia Campesina, sostiene que «este proyecto tendrá una gran incidencia, porque hay que recordar que ya estamos frente a la farsa electoral porque no hay competencia real, no hay una competencia de la oposición, entonces esto dará una incidencia tanto en la política nacional como internacional buscando el desconocimiento de Ortega en el poder».
Por su parte, Enrique Orozco, de la Coordinadora Universitaria por la Justicia y la Democracia, aseguró que «la principal relevancia de este proyecto es que el discurso de las organizaciones de oposición permita hacerle frente a las elecciones en Nicaragua para denunciar este fraude electoral».
«El régimen lo que intenta es mantenerse en el poder para no perder el poder económico», recalcó por su lado el economista y exdiputado Enrique Sáenz. Añadió que «Ortega lo que busca es mantenerse en el poder cueste lo que cueste y si él pudiera volvería a los tiempos anteriores como fue la alianza con los grupos empresariales para el reconocimiento de algunos organismos como la OEA (Organización de Estados Americanos), de EE. UU. y de la comunidad internacional, estos son los objetivos de Ortega antes, durante y ahora».
El analista político considera que el supuesto Diálogo Nacional anunciado por el régimen de Ortega, un mes ante de las elecciones en Nicaragua, será totalmente «falso» y les advirtió a los exiliados «a no permitir que el dictador siga queriendo poner su agenda».
Diversas organizaciones políticas nacionales e internacionales como la Unión Europea, el Gobierno de Estados Unidos, entre otros, están evaluando cuál será su posición respecto a las próximas elecciones en Nicaragua. Las declaraciones previas apuntan a que serán declaradas ilegítimas y fraudulentas, porque hay más de 140 presos políticos y miles de exiliados, que se vieron forzados a migrar por la situación política, social y económica que vive Nicaragua así como decenas de presos políticos.