Reapareció el grupo de armados de la organización identificada como Unidad de Resistencia Nacional (URN), que desde las montañas, demandó la unidad de la Coalición Nacional y la Alianza Ciudadana como requisito «urgente» para derrocar a la dictadura de Daniel Ortega.
Con fusiles AK y escopetas en manos, unos ocho hombres que señalan estar en las montañas del norte del país, dan lectura a un comunicado del Estado Mayor de la URN con fecha del cuatro de abril. En el video, en el que también se observa la bandera de Nicaragua con el escudo invertido, los hombres se refieren a dos «grandes tareas» para la refundación del Estado nacional: derrocar a la tiranía y reconstruir el país.
«La Unidad de los bloques, Alianza Ciudadana y Coalición Nacional, es requisito urgente e indispensable para derribar a la tiranía por la vía cívica en caso de alcanzar las condiciones, reformas y garantías habilitantes para un proceso electoral», demandan en el comunicado.
A ambas organzaciones opositoras, les recuerdan que reeditar «el grosso error de la división de 2006» al despertar suspicacias y sembrar el rechazo popular, los convertirá en los «máximos responsables del martirio de alargar la noche oscura» en el país.
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«Nadie puede derrotar al totalitarismo por separado» y a tres años de la insurrección cívica, el mayor homenaje es la unidad de las dos principales fuerzas de la oposición, sostienen los armados.
Sin embargo, al inicio de su llamado, señalan que «derribar el perverso sistema totalitario será un hecho, costará mucha sangre, dolor y sacrificio, pero será un suceso inevitable consumado». Declaran que «si un puñado de intrépidos jóvenes autoconvocados lograron levantar al pueblo… con mucha mayor razón hoy que vivimos un infierno de calamidades».
Propuesta de la URN
Para la «refundación del Estado nacional» proponen unos quince puntos que incluye: Despartidizar y democratizar los Poderes del Estado, así como formar instituciones sólidas e independientes; rescatar la autonomía y resolver la grave crisis de la seguridad social; derogar la Ley 840 de construcción del Canal Interoceánico.
Además, solicitan la creación de una nueva Policía apolítica; abolir al Ejército; expropiar y nacionalizar las empresas de publicidad de radio y televisión, hoteles, bancos, haciendas, el monopolio de las medicinas, el conjunto de empresas ALBA, y bienes y activos del que llaman «rapiña orteguista y testaferros»; regresar los bienes confiscados a sus «legítimos dueños» y reestablecer el trabajo de las ONG.
Iniciar un proceso de investigación para «sentar a la escoria orteguista» ante los tribunales de justicia; reivindicar la memoria de mártires; reducir en no menos del 50 por ciento los cargos de diputados en la Asamblea Nacional, PARLACEN, CSJ, CSE y Contraloría.
A una nueva Asamblea Nacional le demandan suprimir la política tributaria; responder las demandas de los pueblos indígenas y afrodescendientes; prohibir la reelección presidencial, y aumentar al 45% el techo para ganar la elecciones generales y segunda vuelta, así como dejar sin efecto las últimas leyes represivas del régimen.
El Estado Mayor de la URN también demanda proscribir al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) por constituir, en su esencia, una organización delincuencial, criminal, terrorista y narcotraficante. Estas y otras exigencias, contribuirán a la «Nicaragua que soñamos», señala la organización.
En el marco de la crisis sociopolítica del país en el 2018, la URN apareció demandando paro nacional indefinido y presión internacional en contra del régimen; y posterior, saludando la conformación de la Coalición Nacional. Se identifican como un movimiento con visión nacionalista, plural, pero con arraigos democráticos, «surgidos para revelar la histórica lucha por liberar al pueblo de Nicaragua de un episodio más de la dictadura».
No le hace ningún favor a la lucha cívica la aparición de grupos rearmados. Un buen pretexto para la dictadura en su escalada represivo. Será que se trata de los paramilitares haciendo diversionismo?