Se cumplen dos años de impunidad del crimen atroz perpetrado por turbas orteguistas y oficiales de la Policía quienes el sábado, 16 de junio de 2018, quemaron viva a una familia entera en el barrio Carlos Marx, en Managua, según declaraciones de vecinos y familiares de las víctimas. La masacre estremeció a Nicaragua. Desde muy tempranas horas de ese día , circuló en las redes sociales las imágenes del incendio en la vivienda de tres pisos.
El ataque arrebató la vida de seis miembros de la familia Velásquez Pavón, entre ellos dos menos de edad: Óscar Velásquez Pavón, de 46 años; su esposa Maritza López Muñoz, de 46 años, su hijo Alfredo, de 26 años, la esposa de Alfredo, Mercedes Álvarez, de 20 años, y sus dos hijos menores Matías Eliseo Velásquez Raudez, de cuatro meses y Dayerli Osmary, de tres años.
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La familia Velásquez Pavón se dedicaba a la venta de colchones. El vídeo de la transmisión de un en vivo de Facebook de una de las sobrevivientes identificada como Cinthya Velásquez, dio la vuelta al mundo, en el vídeo se logró escuchar cómo la mujer pedía a gritos ayuda y señaló a los responsables del crimen: «Quemaron mi casa, toda mi familia está muerta, los niños, mi mamá, mi papá, están muertos… Maldigo a Daniel Ortega y a toda su descendencia», gritó visiblemente, quebrantada por la masacre que tuvo que presenciar.

Velásquez aseguró, en el vídeo, que logró salir viva ella junto con otra joven porque se lanzó del balcón y señaló directamente por el asesinato de toda su familia al régimen de Daniel Ortega.
Otro de los familiares desde el anonimato, por seguridad, explicó que sus sobrinos eran personas trabajadoras y cristianas. «Son unos asesinos, son unos genocidas. Eran mis sobrinos. Yo fui guerrillero y me duele en el alma que lo que tanto apoyé esté matando a tanta gente inocente, solo porque no les quisieron dar lugar para que pusieran a francotiradores. Yo les digo una cosa a toda esta gente joven; ármense y que me perdone Dios porque soy cristiano, pero solo así los van a bajar del poder como ellos una vez bajaron a Somoza».
La masacre fue señalada por los vecinos y familiares de ser ejecutada por las turbas del régimen Ortega-Murillo, quienes mantuvieron asediada la vivienda desde la seis de la mañana de ese 16 de junio. Los vecinos también señalaron que no se les permitió que se ayudara a la personas que se estaban quemando vivas, ya que cuando intentaban acercarse a apagar el fuego se les disparaba.
Supuestamente, la acción se debió a que los habitantes de esa casa se negaron a que usaran su propiedad para ubicar a francotiradores que vigilaran la zona de la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli), uno de los bastiones de lucha más fuertes en contra de la tiranía en el contexto de la crisis sociopolítica.

Organismos de derechos humanos demandan justicia
Para la presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), doctora Vilma Núñez, esa masacre es uno de los «casos más grotescos» de la dictadura orteguista. «Nosotros como organismos estamos reviviendo todas las situaciones que nos ha tocado pasar desde el 18 de abril (…) es uno de los casos más grotescos, más crueles (…) prácticamente se vengaron, fue una quema intencional, porque esa familia no quiso ser partícipe de la represión cruel, porque lo hicieron de manera perversa sabiendo que había gente dentro de la casa», explicó.
A la vez, la doctora Núñez dijo que según testimonios de los pobladores del barrio Carlos Marx «los Policías no dejaron que se acercara el cuerpo de los bomberos a la casa al momento del incendio, es decir, ocurrieron todos los elementos para evidenciar que fue un crimen agravado, que además es una violación de derechos humanos, de derecho a la vida (…) todo esto ha quedado en la impunidad no ha habido ningún esfuerzo de averiguar los hechos», denunció la titular del Cenidh.

Seguidamente destacó que no se ha hecho ningún intento de investigación para que los responsables paguen por el crimen, al contrario mencionó que «lo único que hacen es inventar culpables, lavándose las manos e involucrando a los estudiantes, cuando sabemos que no es así (…) pero hacen todo eso porque ellos están conscientes de la gravedad del crimen por eso están desesperados buscando cómo maquillar la realidad (…) hasta quisieron incluir como cómplices a defensores del Cenidh que es la cosa más absurda (…) pero que se olviden porque la historia y la justicia se los cobrará, porque no puede quedar en la impunidad», finalizó Núñez.
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En esa misma línea, el presidente de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH), Marcos Carmona, expresó que «fue uno de los episodios más crueles e inhumanos de la Operación Limpieza por el régimen de Daniel Ortega en el barrio Carlos Marx».
Además, como titular del organismo defensor declaró que «la CPDH expresa su indignación porque a dos años de los actos crueles e inhumanos estos han quedado en la sombra y en el olvido por parte de las autoridades de la Policía criminal y el Ministerio Público, que es un verdugo del pueblo de Nicaragua, al no realizar ninguna investigación imparcial para dar con los responsables (…) este acto irreprochable pretenden que quede en la impunidad bajo la Ley de Amnistía que aprobó la Asamblea Nacional».
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Por otro lado, los organismos defensores coincidieron en remarcar que «no descansaremos hasta que haya justicia, reparación y no repetición para que estos actos crueles e inhumanos no vuelvan a suceder en el país» y a la vez exhortaron a las autoridades nicaragüenses a realizar una investigación para que el crimen no quede en impunidad.
El defensor del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca+, Gonzalo Carrión, recordó que todo el país se despertó con las escenas aterradoras del lamentable caso. «Es uno de los crímenes de lesa humanidad más atroces que ha cometido el régimen de Daniel Ortega (…) a dos años no hay ningún detenido, a pesar de ser uno de los casos más documentados por el profesionalismo del periodismo y muchos celulares de la ciudadanía (…) lo del Carlos Marx está en nuestro corazón y en nuestra mente de ese Estado terrorismo que se vive en Nicaragua, la postura del Colectivo de Derechos Nicaragua Nunca+ es nunca olvidar (…) y para encontrar justicia debe haber un cambio para que no haya nunca más ninguna dictadura».