La estudiante de quinto año de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-León) Amaya Coppens fue una de las presas políticas que este martes, 11 de junio de 2019, fue puesta en libertad tras permanecer secuestrada por la dictadura orteguista desde el 10 de septiembre del año pasado.
La lideresa y miembro del Movimiento Universitario 19 de Abril de León dijo tras ser trasladada a su ciudad que seguirá “luchando porque necesitamos justicia en Nicaragua. Nosotros no aceptamos una Ley de Amnistía, cómo es posible que nos digan que nos perdonan a nosotros, nosotros no hemos hecho nada, los que necesitan perdón son ellos”.
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La estudiante quien cuenta con doble nacionalidad (nicaragüense y belga) recalcó que es la tiranía la única responsable de las violaciones a los derechos humanos que se han dado en el país desde abril del año pasado y que por tanto, la Ley de Amnistía solo beneficia a los partidarios del régimen involucrados en los asesinatos.
Coppens, con la voz quebrantada, insistió en que “nosotros no perdonamos ni olvidamos, exigimos justicia en Nicaragua. ¡Que viva Nicaragua libre!” y manifestó su interés de continuar protestando hasta alcanzar democracia y justicia en el país.
La delegación de eurodiputados que estuvo en Nicaragua en enero de 2019 resaltaron que debido a la doble nacionalidad, la joven tenía la oportunidad de ver si era enviada a Bélgica, posibilidad que desde un inicio rechazó. “Mis compañeros visitaron la cárcel La Esperanza y es increíble y admirable que siendo una joven que se puede amparar por su doble nacionalidad, la belga, en este caso, dice que ella no se va, sino se van todos. Al final entonaron el himno nacional nicaragüense, les tengo una admiración inmensa”, confirmó el eurodiputado Javier Nart, del partido ALDE, de España.